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Reportaje:

Ser o no ser en la Bolsa de Nueva York

El presidente del NYSE plantea una reforma para sobrevivir a la oleada de escándalos

La detención, esta misma semana, de 47 operadores bursátiles en el corazón de Wall Street es sólo la gota que ha colmado el repleto vaso de la paciencia de los inversores estadounidenses. John Reed, presidente interino de la Bolsa neoyorquina, ha planteado la reforma más importante en los 211 años de historia del NYSE, una batería de propuestas que ahora deben ser aprobadas por el organismo regulador de los mercados, la SEC. La cuestión es si la bolsa más importante del mundo podrá sobrevivir a la oleada de escándalos de información privilegiada, manipulación contable y corrupción que la asolan desde hace dos años.

La SEC asegura que se han estado realizando operaciones irregulares con más de 2.200 millones de títulos. Ninguna fue castigada
El plan de John Reed incluye la creación de un consejo de gobierno totalmente independiente, integrado por miembros externos a la Bolsa

La purga ha comenzado en la Bolsa de Nueva York, después de verse azotada durante dos años seguidos por los escándalos financieros. ¿Será suficiente para conseguir que los inversores vuelvan a confiar en Wall Street? La respuesta se hace aún mucho más difícil después del escándalo del martes, cuando 47 operadores de divisas, que trabajaban en 16 entidades, fueron detenidos en una espectacular redada del FBI por estafar a pequeños inversores y blanquear dinero. En algunos casos, esas estafas se llevaban produciendo 20 años.

La cuestión es si la reforma diseñada por John Reed, presidente interino del NYSE (siglas de New York Stock Exchange, la bolsa de la ciudad), permitirá poner coto a las prácticas más que dudosas, y a veces abusivas, que venía realizando la intocable élite de firmas financieras especializadas que dominan el parqué neoyorquino, donde hasta ahora campaban a sus anchas.

El presidente de la Securities and Exchange Comission (SEC), William Donaldson, reconoce el esfuerzo realizado por John Reed para sacar adelante su plan de reforma, por el que se crearía un consejo de gobierno totalmente independiente, integrado por miembros externos a la bolsa. El martes, su propuesta recibió el espaldarazo de los 1.366 miembros. Pero Donaldson no se cansa de repetir que es necesario ir más lejos si se quiere preservar la integridad de esta institución financiera después de los abusos.

"Sería un error quedarse ahí", dijo. Su afirmación no es gratuita, y como buen conocedor de Wall Street -fue presidente del NYSE a comienzos de 1990- sabe bien lo que se esconde bajo sus alfombras, y por eso cree que quedan problemas pendientes por resolver. Sus declaraciones no han estado exentas de controversia porque es la SEC la que debe dar ahora el visto bueno definitivo al plan de Reed, quien ha advertido de que una decisión negativa provocará un terremoto que la Bolsa de Nueva York no está en condiciones de soportar ahora.

El detonante de esta reforma, considerada a pesar de todo como la más importante en los 211 años de historia del NYSE, está en el multimillonario paquete de compensación que recibió su último presidente, Dick Grasso (187,5 millones de dólares), que despertó las últimas dudas que quedaban sobre la estructura de gobierno que rige en la bolsa más importante del mundo. Pero venía lloviendo sobre mojado en el corazón financiero de Manhattan, que se ha visto envuelto desde hace dos años en una ola de escándalos en el que aparecen como protagonistas las grandes firmas de corretaje, analistas financieros, consultoras y bancos de inversión.

El origen de los abusos es siempre el mismo y se remonta al colapso de los gigantes Enron y World-Com: recurso a la información privilegiada, manipulación contable, conflictos de intereses, operaciones al borde de la legalidad y corrupción. Y todo esto se hacía violando los derechos mínimos esenciales de los pequeños inversores. Las firmas de especialistas, como se les conocen en el parqué neoyorquino, ponían a diario sus intereses por delante del de sus clientes.

El problema fundamental, según los más críticos con el sistema actual que rige en la NYSE, es que la Bolsa de Nueva York sigue dejando en manos de "humanos" operaciones valoradas en miles de millones de dólares anuales, lo que ha despertado cada vez más dudas sobre hasta qué punto los especialistas financieros utilizaban la información en beneficio propio. Y cuando el NYSE decidía actuar, apenas se limitaba a enviar cartas invitando a las firmas de especialistas a que abandonaran sus prácticas abusivas hacia el inversor.

El órgano supervisor del mercado de valores ha realizado un informe en el que presenta un panorama desolador sobre cómo opera la Bolsa de Nueva York y en el que señalan "serias deficiencias" en el sistema. El documento, publicado por The Wall Street Journal, explica que, durante los últimos tres años, se han estado realizando operaciones irregulares con más de 2.200 millones de títulos, lo que ha costado al inversor 155 millones de dólares. Ninguna fue castigada por el consejo de gobierno del NYSE, a pesar de tener pruebas concluyentes en la mano.

Grasso, investigado

La SEC también pone en cuestión la gestión desarrollada por Grasso, y que ahora está sujeta a investigación por hacer la vista gorda ante tanta violación de la reglas. No se descarta, incluso, que se puedan adoptar acciones concretas contra él y otros miembros del consejo de gobierno del NYSE.

John Reed asegura que, al crearse un consejo de gobierno independiente, se acabará con esta dinámica que ha dominado en Wall Street, por la que un grupo de miembros de la bolsa imponía su propia agenda frente al resto. Además, asegura que hará del NYSE una institución más competitiva en la escena internacional. La SEC no lo ve tan claro y no oculta su preocupación por que al final el NYSE no sea capaz de imponer unas mínimas reglas de disciplina para acabar con determinadas conductas abusivas de las firmas de especialistas que han dominado la bolsa neoyorquina.

Para Donaldson, es fundamental que se produzca una separación real entre la función reguladora del NYSE y las operaciones de mercado, para así evitar nuevos conflictos de intereses en el futuro. Las instituciones financieras más críticas con el sistema actual que rige en la Bolsa de Nueva York, como Fidelity Investments, afirman que la única forma de poner fin a estos escándalos es estableciendo un modelo de transacción electrónico como se está implantando en las otras bolsas mundiales y acabar con los especialistas.

La SEC deberá dar una opinión final sobre el plan de reforma de la Bolsa de Nueva York, propuesto por Reed, a mediados del mes de diciembre. Un tiempo suficiente para analizar los detalles y escuchar los comentarios. Y no se descarta que este cambio en la estructura de gobierno del NYSE venga acompañado después por nuevas reglas sobre la estructura del mercado de valores en EE UU, que se presentarían la próxima primavera.

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