"También hay un terrorismo rico"
Andrea Riccardi (Roma, 1950), fundador de la Comunidad de San Egidio, una organización laica que lleva 35 años combatiendo por la paz y la justicia, reconoce en esta entrevista que existe un "terrorismo de ricos" en el que podría incluirse el que padece el País Vasco. Riccardi niega que la Comunidad de San Egidio, famosa por su labor de mediación en la guerra de Mozambique en 1992, se haya propuesto como intermediaria en el conflicto vasco, aunque admite haber sido consultado por "amigos vascos" al respecto.
Pregunta. La Comunidad de San Egidio nació en 1968 con el objetivo de socorrer a los pobres. Hoy es una gran organización presente en 62 países, y se ha convertido en una especie de diplomacia vaticana paralela.
Respuesta. No, mire. No es cierto que San Egidio se haya convertido en una realidad diplomática; la gente de San Egidio es gente que trabaja con los pobres en las cárceles de Liberia, en las de Mozambique, en la periferia de Roma, o en los hospicios de ancianos de Moscú, pero es gente que trabaja contra la guerra, que es la madre de todas las pobrezas, y por la paz, y por eso utilizan la diplomacia.
P. He leído que usted considera que al terrorismo se le combate con la justicia; no ha sido así en el caso español.
R. Hay que tener cuidado de no generalizar. Recuerdo que cuando organizamos la plegaria interreligiosa en Barcelona, yo hablé de diálogo y muchos amigos españoles me dijeron que si me refería a un diálogo con ETA. Yo hablaba de diálogo en el plano universal, no entraba en el discurso vasco. El problema es que nos encontramos con fundamentalismos religiosos, nacionales y étnicos, y pueden terminar convirtiéndose en terrorismos. Cuando hablo de justicia, hablo de lucha contra la pobreza, única forma de quitarle fuerza a los fundamentalismos.
P. Pero en España el terrorismo se da en una de las zonas más ricas del país.
R. Cierto, es que hay un terrorismo de ricos. En Italia tuvimos el fenómeno de las Brigadas Rojas. Existe un terrorismo occidental europeo, que es ideológico, un fundamentalismo nacional. Yo estoy muy preocupado por la situación en África. Cuando la gente huye, cuando llega a Sicilia gente que viene de Somalia, de Guinea-Bissau a pie, es que ya están dispuestos a todo, se les han venido abajo muchos cielos. En África existe la guerrilla, pero aún no tenemos un terrorismo internacional, que sería temible. Porque una crisis en África afectaría a Europa en 10 años.
P. Perdone que insista con el caso español, porque se ha dicho que la Comunidad de San Egidio llegó a proponerse como mediadora en el conflicto vasco. Usted lo ha negado, pero ¿alguien les ha pedido una intervención de ese tipo?
R. Los rumores son inevitables, porque San Egidio se ocupa de la paz y hay gente que viene a hablarnos, a explicarnos sus problemas. Vienen hasta de India.
P. ¿Y han ido del País Vasco?
R. Tenemos muchos amigos vascos, gente que ha venido de paso, pero nunca hemos entrado en esa cuestión, ni hemos tenido un plan, ni se ha tomado una decisión al respecto.
P. Pero, ¿han llegado a estudiar el problema?
R. No somos del todo ignorantes. Es cierto que en Italia no se comprende muy bien. Y eso que cuando hablamos de Europa, como estamos en sociedades democráticas, hay más posibilidades de absorber los problemas. La democracia es importante. Cuando se rompen las plumas, se acaban por sacar los cuchillos. Eso ocurre con el terrorismo árabe, que falta una historia democrática detrás.
P. En el caso español, ha golpeado sobre todo en la democracia.
R. Sí. Yo sostengo que los casos de terrorismo europeo son muy distintos a los africanos o a los de Oriente Próximo, porque nosotros tenemos una cultura democrática, aunque haya quien no quiera oír hablar de eso.
P. Italia ha recibido ahora un golpe muy duro en Irak.
R. Sí, lo que ha ocurrido me preocupa mucho porque los soldados italianos han tenido siempre la preocupación de ayudar a la gente. El hospital de campaña era una de las claves de su presencia. Esto no ha funcionado en Irak.
P. ¿Por qué?
R. El terrorismo es así.
