_
_
_
_
_

Vincenzo Consolo analiza su escritura de la desconfianza y la desesperación

El escritor explica 'Lunaria', con su traductora, en los X Encuentros Complutenses

Elsa Fernández-Santos

Vincenzo Consolo cita a Cervantes ("una traducción es como ver una alfombra por detrás") y luego elogia ("como Thomas Mann lo hizo con el traductor alemán del Quijote") a los que se dedican a esta compleja labor literaria. El análisis de Lunaria -obra de 1985 en la que el escritor siciliano mezcla voces arcaicas, cultas, dialectos, cantinelas asonantes o herméticos poemas- abrió ayer en Madrid la X edición de los Encuentros Complutenses en torno a la traducción. Una treintena de especialistas y escritores analizará hasta el sábado sus nuevos retos.

Irene Romera Pintor, traductora de Lunaria, cuenta cómo (a petición del propio Consolo) optó por no intentar traducir algunas palabras "inventadas por él". "Nuestro objetivo siempre fue conservar su textura múltiple, su cadencia, su respiración". Lunaria obtuvo el prestigioso Premio Pirandello el mismo año de su publicación, en 1985, en la editorial Einaudi de Turín. Dos ediciones posteriores editadas por Mondadori fueron revisadas y ampliadas por el autor. La traducción bilingüe editada ahora en España por el Centro de Lingüística Atenea Aplicada ha cotejado las tres versiones.

Dentro del envoltorio de una fábula, Vincenzo Consolo (Sant'Agata de Militello, 1933) reflexiona en Lunaria sobre "un mundo antiguo y nuevo, cargado de memoria, invadido por el olvido". "En Lunaria", añade Consolo, "está la búsqueda de transformar la prosa en forma poética con la ayuda de una fórmula seudoteatral que me permite una estructura vertical en lugar de horizontal. Incluso visualmente vertical"

La inutilidad, la vacuidad del poder, su desgaste, la amargura ante un mundo estancado y ensimismado son temas recurrentes en la exigente obra de Consolo, marcada por la experimentación. Como señala el personaje principal de El pasmo de Palermo (Debate), su último libro editado en España, "la novela es un género caduco, corrupto, impracticable". "Mi escritura no es de la esperanza", dice Consolo, "es de la desconfianza, de la desesperación, y eso sólo puede llegar a través de un código lingüístico de experimentación. Mi búsqueda, mi investigación va siempre en esta dirección. Con el paso de los años, mi ideología literaria se ha fortalecido aún más. Desde el principio he bajado a las profundidades de la lengua".

Neonaturalistas

Consolo defiende una experimentación arraigada en la tradición, algo que según él han ignorado los últimos movimientos literarios ocurridos en Italia. "Mi impresión es que los jóvenes han interrumpido las tradiciones literarias. Sus referencias no son literarias, son el cine, la televisión o las canciones. Las fórmulas publicitarias lo invaden todo. Trasladan sin ninguna crítica las jergas generacionales. Yo los llamo los neonaturalistas".

"Vivimos en una sociedad donde se oculta el dolor, se vive en un eterno carnaval", continúa Consolo. "Ahí nacen todas las neurosis de nuestra sociedad. Hay una poesía de Eliot que habla de los hombres vacíos, de la tierra desolada y desierta. Los hombres que han expulsado el dolor son los hombres vacíos. No quiero parecer un viejo que reniega de los tiempos tecnológicos, pero nuestra sociedad conjura contra la memoria, la cancela. Vivimos en un eterno presente. Los griegos nos enseñaron que la literatura es memoria". Consolo arremete entonces contra un género (el policiaco) que, según él, tiende a "borrar la memoria". "Los escritores menos comprometidos tienden a utilizar el género policiaco. Es una herencia del mundo anglosajón. El prejuicio de pensar que vivimos en la mejor sociedad posible y que el delito es una herida en el cuerpo de esa sociedad. Se investiga y se condena al asesino y, finalmente, todo queda como antes. Todo vuelve a su cauce y nuestra sociedad es la mejor. Sólo escritores como Sciacia o Manuel Vázquez Montalbán utilizaban el género policiaco sin caer en esto. En Sciacia el asesino nunca se condena, porque el asesino es el poder político mafioso, y el poder político no puede condenarse a sí mismo".

Vincenzo Consolo habla con una rígida calidez. Acompañado de su mujer, Caterina, evoca Sicilia, el lugar de su infancia, de su memoria, una Sicilia añorada y rechazada. "El sentido de la insularidad es muy importante. Pertenecer a una extremidad no sólo física, sino también social, cultural y lingüística. Sicilia es la patria de la memoria y es difícil explicar su terrible infelicidad histórica. Recuerdo que me fui a vivir a Milán porque me parecía que era una ciudad popular, obrera, con una gran tradición humanista y socialista. Algo muy común a todo el norte de Italia".

Consolo asegura que de Sciacia aprendió a resistir la tentación del "pesimismo absoluto". Pero añade: "La Italia de hoy es impresentable, inaceptable e insoportable, políticamente, éticamente y moralmente. Pirandello ya habló de un país cuyo poder político era un vertedero. Tabucchi ha dicho que Italia no es un país a la deriva, sino una enorme alcantarilla a cielo abierto. No estoy de acuerdo con él, Italia es peor, es una enorme descarga de veneno, el veneno de la televisión, de los medios de comunicación. Hoy la publicidad también se ha traslado a la política". Frente a este panorama, Consolo cita un discurso reciente del magistrado Borrelli. ¿El único enemigo del poder?: "Resistir, resistir y resistir".

Vincenzo Consolo, ayer en Madrid.
Vincenzo Consolo, ayer en Madrid.MANUEL ESCALERA

El Quijote en 'spanglish'

El rector de la Universidad Complutense, Carlos Berzosa, inauguró ayer los X Encuentros Complutenses en torno a la Traducción, organizados por el Instituto Universitario de Lenguas Modernas y Traductores. Su director, Miguel Ángel Vega Cernuda, pronunció la conferencia inaugural: El reto de traducir a los clásicos.

"Se trata de unas reflexiones de sociología literaria (naturaleza y función de lo clásico, vigencia de lo cultural, valor educativo, etcétera) que se presentan en la actualidad y la problemática de la edición y traducción de los clásicos, así como la importancia económica que su versión tiene para el profesional de la traducción literaria", señaló Vega Cernuda.

Este congreso internacional conmemora -con el tema La traducción de los clásicos: problemas y perspectivas- los 400 años de edición del Quijote. Participan una treintena de escritores y traductores, entre ellos Aline Shulman, de la Universidad de la Sorbona, autor de una "brillante" traducción del Quijote al francés.

Hoy, Carmen Valero, de la Universidad de Alcalá de Henares, analizará la publicación del primer capítulo del Quijote en spanglish. Una polémica traducción que plantea cuestiones como qué es la traducción y cuáles son sus límites.

El congreso abordará, además, el envejecimiento y la actualización de la traducción, la traducción científico-tecnológica, el lenguaje coloquial en libros como El disputado voto del señor Cayo, la traducción del Corán, el género histórico, los términos biológicos y las ediciones bilingües.

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Elsa Fernández-Santos
Crítica de cine en EL PAÍS y columnista en ICON y SModa. Durante 25 años fue periodista cultural, especializada en cine, en este periódico. Colaboradora del Archivo Lafuente, para el que ha comisariado exposiciones, y del programa de La2 'Historia de Nuestro Cine'. Escribió un libro-entrevista con Manolo Blahnik y el relato ilustrado ‘La bombilla’

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_