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Tribuna:CIRCUITO CIENTÍFICO
Tribuna
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Ciencia y bienestar

Se ha asociado frecuentemente el progreso de la ciencia y de la técnica con el aumento de bienestar en el sentido restringido de la palabra, que reduce este término al solo bienestar material.

No obstante, la palabra bienestar no se puede limitar a los aspectos puramente de comodidad y confort y de facilidades para la vida material ordinaria, sino que exige, de sí misma algo más total y más profundo. Se trata de bien estar. El término en inglés también es igualmente expresivo well-being.

Cito el término inglés porque me ha llegado la noticia que la Royal Society de Londres ha organizado una reunión de dos días en noviembre próximo sobre este tema The science of well-being: integrating neurobiology, psychology and social science [La ciencia del bienestar: integrar neurobiología, psicología y ciencias sociales]. Introducen el tema del bienestar como una ciencia que integra otras ciencias, en concreto, la neurobiología, la psicología y la sociología. Hace tiempo que me pregunto porqué no se han buscado soluciones al malestar, es decir a la producción de bienestar a través de la ciencia.

La historia nos muestra hasta nuestros días cómo la humanidad destruye constantemente su bienestar a través de las guerras. Es una manifestación derivada de la propia naturaleza humana cuando se deja llevar irreflexivamente por sus instintos mamiféricos de dominio. Para ir contra estos hechos se ha clamado con fuerza a favor de la paz recientemente. ¿Se ha pensado en analizar científicamente y a fondo esta conducta humana y en buscar atenuaciones de la misma?

A nivel más reducido, aparecen en nuestros días frecuentes noticias de violencia de género, con asesinatos y suicidios en el interior de las familias, ya cuando aun están constituidas o cuando ya se han deteriorado y destruido.

En otros ámbitos, la irracionalidad de la destrucción del mobiliario urbano y de otros muchos hechos lamentables en las ciudades y en el campo protagonizados por grupos de jóvenes y de no tan jóvenes se produce con una frecuencia cada vez mayor.

A propósito de estos temas, se insiste en la necesidad de una mejor actuación policial y judicial. Los juristas y los guardianes del orden tienen mucho que hacer y, quizá que aprender, pero me sorprende que no se plantee seriamente también qué puede hacer la ciencia para comprender y buscar soluciones para que todos estos hechos no se produzcan.

La ciencia social y el análisis sicológico y neurológico pueden aportarnos datos importantes sobre las causas del incremento de este tipo de malestar. Para citar sólo la sociología, ¿se han estudiado y difundido suficientemente las causas profundas de muchas de estas actuaciones y si derivan del historial educativo de nuestra sociedad contemporánea? ¿La filosofía social que alimenta las creencias generalizadas de nuestra cultura tiene una base científica sólida?

En fin, hace tiempo que me hago estas preguntas y otras parecidas, pero dadas mis limitaciones en el ámbito de las ciencias, no sé cuáles son las respuestas. Sí que sé que la ciencia puede contribuir seriamente al aumento de bienestar para los humanos del siglo XXI.

Salvador Reguant es catedrático emérito de la Facultad de Geología de la Universidad de Barcelona.

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