El empresario más rico de Rusia, detenido y acusado de estafa y evasión de impuestos
Jodorkovski mantiene un pulso con Putin sobre el modelo político y económico del país
Mijaíl Jodorkovski, primera fortuna de Rusia y jefe de la principal petrolera de este país, Yukos, fue detenido ayer en Novosibirsk, donde su avión hizo escala para repostar combustible. Pocas horas después, en Moscú, la fiscalía rusa le acusó de siete delitos, entre ellos, estafa en gran escala y evasión de impuestos, incumplimiento de sentencias judiciales, apropiación indebida y despilfarro. El fiscal pidió que el magnate, que fue trasladado a la capital rusa esa misma mañana, fuera mantenido en prisión preventiva como medida cautelar.
Jodorkovski -con quien esta corresponsal conversó en Nizhni Nóvgorod, a orillas del Volga, apenas unas horas antes de ser detenido- realizaba una gira por provincias, durante la cual se proponía dar a conocer a influyentes grupos de la opinión pública regional su posición en el conflicto que le enfrenta con la fiscalía y con parte del entorno del presidente Vladímir Putin y, tal vez, con el mismo líder ruso. Su detención supone la más grave escalada de tensión en un caso considerado como una prueba sobre el futuro del modelo político y económico de Rusia.
Jodorkovski, que como otros oligarcas se benefició de las truculentas privatizaciones en época de Borís Yeltsin, se ha caracterizado en los últimos años por introducir una gestión transparente de la empresa Yukos, a la que ha convertido en la primera petrolera del país. El magnate es uno de los principales defensores de la responsabilidad social del empresario y ha invertido enormes sumas en proyectos educativos y en desarrollar la sociedad civil. Centenares de miles de personas participan en esos proyectos, que van desde la difusión de Internet para maestros a escuelas de formación política.
El viernes por la noche, Jodorkovski había visitado el Foro Cívico, una reunión para el intercambio informal de opiniones entre representantes gubernamentales y organizaciones sociales auspiciado por el Kremlin, que ha tenido lugar por tercer año consecutivo. El empresario estaba de buen humor y en plena forma, pese a que el avión en el que viajaba había sido demorado por una nevada. Desde que comenzó la campaña contra él, Jodorkovski emprende regularmente giras como la que tuvo que interrumpir ayer.
Tras charlar largamente con Serguéi Kiriyenko, representante de Putin en la región del Volga, Jodorkovski celebró una reunión confidencial con directores de periódicos locales, a la que esta corresponsal asistió. Pronunciándose sobre un intento mediador con el Kremlin emprendido por iniciativa de la Unión de Industriales y Empresarios, dijo a EL PAÍS que estaba en contra de una versión rusa de los Pactos de la Moncloa que supusiera el intercambio de "beneficencia por inmunidad".
Amnistía
Sí está, en cambio, a favor de un borrón y cuenta nueva con el pasado mediante una amnistía que afecte tanto a los órganos administrativos y su abuso de poder como a las transgresiones cometidas por los empresarios. Esta amnistía, señaló, permitiría salir a la superficie a cientos de miles de personas que están dispuestos a acatar la ley, pero temen ser incriminados por irregularidades de otra época.
En Rusia está vigente un pacto no escrito entre las autoridades y el empresariado, a tenor del cual las primeras cierran los ojos a las transgresiones de la ley a cambio de apoyo económico y político de los nuevos mecenas. Al no aceptar esas condiciones, Jodorkovski ha quebrado ese pacto y, con su actitud desafiante, amenaza la subsistencia del sistema de complicidades tradicional de la política rusa.
La fiscalía ha ido incrementando progresivamente su presión sobre Yukos desde hace más de tres meses, en los cuales ha encarcelado al jefe de su departamento de Seguridad Financiera, Alexéi Pichuguin, y a Platón Lébedev, uno de los principales accionistas de la compañía; además, ha incriminado evasión de impuestos a Vasili Shajnovski, que encabeza Yukos-Moscú.
Para completar el cuadro y en búsqueda de aparentes vínculos financieros con Yukos, la fiscalía rusa confiscó documentos en la empresa de relaciones públicas responsable de la campaña electoral de Yábloko, partido liberal al que Jodorkovski ha admitido haber financiado.
El avión en el que viajaba el magnate fue detenido con un despliegue inusitado de medios como si de capturar a un grupo de mafiosos se tratara. El aparato fue llevado a una pista lateral, rodeado por camiones militares e iluminado por focos. Un comando de agentes enmascarados irrumpió en la nave y obligó a todos a tumbarse al suelo. El empresario en ningún momento opuso resistencia y fue trasladado a Moscú.
Anatoli Chubáis, presidente del monopolio estatal de electricidad, dijo que Putin debe definirse ante la posibilidad de que muchas compañías revisen su estrategia empresarial y den marcha atrás en sus decisiones de inversión en Rusia. "Sólo una posición clara y precisa del presidente puede frenar este desarrollo", declaró Chubáis, según el cual la "ausencia de pronunciamiento conducirá a consecuencias irreversibles" para la economía.
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