Los problemas de la sanidad pública
Es realmente triste que contando como cuenta la Seguridad Social con medios y con profesionales excelentes, por la falta de organización, se encuentren tantas historias médicas rodando de trámite en trámite, sin conseguir, de no estar pendiente el propio interesado, que lleguen a manos médicas. Por esto, me indigno enormemente cuando oigo en televisión que la tasa de natalidad en España está muy baja.
Sabiendo la pérdida de tiempo tan inútil a la que nos vemos sometidas todas las parejas con problemas de infertilidad, ya está bien de hipocresía. Pero no me quiero referir sólo a esta pequeña parcela dentro de la Sanidad. Me provocan aún más tristeza los enfermos que esperan tras una interminable lista que los llamen, poniendo en juego su salud.
Las listas de espera no serían tales si todo funcionase un poco mejor. Pero existe una interminable barrera burocrática casi imposible de salvar. Es tarea de todos intentar que esto mejore. Si en lugar de hablar tanto y quejarnos continuamente donde no debemos, nos informásemos adecuadamente y transmitiéramos nuestras protestas dónde y cómo corresponde, a lo mejor, poco a poco, conseguiríamos que todo fuese un poco mejor.
He intentado siempre hacer valer mis derechos, no sólo como paciente, ante todo como persona. Tenemos derecho a ser escuchados, aunque, lamentablemente esto es cada vez más difícil, pero no imposible.
