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Perfil | José María Alapont

El conductor de Pegaso

El próximo uno de octubre toma las riendas de la filial de vehículos industriales del Grupo Fiat, Iveco, el valenciano José María Alapont. Y lo hace desde la presidencia de las operaciones internacionales y la vicepresidencia del primer fabricante mundial de componentes para automóviles, la norteamericana Delphi, por lo que no son pocos los que se han extrañado de esta decisión.

Pero Delphi se ha independizado recientemente del también primer fabricante mundial de automóviles, General Motors que posee un 20% de Fiat Auto y tendrá que decidir el próximo año que hace con la opción de compra del resto de la firma italiana. Alapont lleva ya más de 20 años viviendo fuera de España y es un fiel reflejo del ejecutivo preocupado por la progresión de su carrera por lo que esta puede ser una importante reválida para su ambición profesional.

Estados Unidos es sin duda la meca del automóvil, pero la vida en Europa suele desempeñar también un papel importante en las decisiones de estos directivos globalizados que como Alapont no pierden oportunidad para desplazarse a su tierra y si es posible asistir a un partido del Valencia.

En 1974 enlazó su carrera de ingeniero industrial con el arranque de la factoría de Ford en Almussafes ocupando diversos puestos directivos hasta 1990 en que decide pasarse a la francesa Valeo y en la que permaneció hasta 1997.

Se ha desplazado de los coches a los camiones pasando por los componentes en una interesante trayectoria que le sitúa ahora al frente de firma que acaba de anunciar un duro plan de ajuste en el que se incluye el cierre de algunas plantas fuera de Italia, aunque parece que no afectará a las tres que Iveco-Pegaso mantiene en España: camiones en Madrid, vehículos comerciales en Valladolid y autobuses en Barcelona.

Detallista y minucioso en su trabajo se esfuerza en estar al día y apuesta por la incorporación rápida de los avances tecnológicos ante los que su condición de doctor en filología le lleva a defender los términos autóctonos frente a la invasión inglesa.

Su antecesor, Michel de Lambert no ha cumplido los dos años en el cargo y Alapont llega a Iveco cuando hay que empezar aplicar el tratamiento para contribuir al salvamento de Fiat. Unos momentos difíciles que quizás han contribuido también en la decisión del cambio del ejecutivo valenciano que no podrá escatimar esfuerzos. Tendrá que echar mano incluso de sus habilidades como políglota y conferenciante brillante.

SCIAMMARELLA

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