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Analistas bajo la lupa de Bruselas

Propuesta de 31 medidas para proteger a los pequeños inversores frente a recomendaciones interesadas

La trufa en el gigante energético estadounidense Enron sigue pesando mucho en estos momentos en la credibilidad de los analistas financieros dos años después de destaparse el fraude contable. La última receta para salir de esta espiral y prevenir nuevos episodios que ahonden aún más en la falta de confianza de los inversores en el sistema ha surgido de la mano de la Comisión Europea con el arranque del nuevo curso. Es un informe sometido a consulta pública en el que se recogen 31 recomendaciones con las que se pretenden escrutar las operaciones realizadas por los analistas de los bancos de inversión.

La propuesta combina la autorregulación con un código de buenas prácticas y unos principios claros para ejercer de analista
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El comisario europeo de Mecrado Interior, Frits Bolkestein, no descarta convertirlas en normas obligatorias o en un código de conducta después de escuchar las opiniones del sector, de los inversores y de los organismos reguladores, que tendrá hasta el 30 de noviembre para presentar sus observaciones. Los principios que plantean los expertos para combatir cualquier riesgo de conflicto de interés son conocidos: integridad profesional, transparencia, información, independencia y claridad.

Se trata de impedir, como explican los expertos de la Comisión Europea, que puedan surgir en el futuro conflictos de interés cuando los analistas de una entidad financiera asesoran a sus clientes para que inviertan en el capital de sociedades a las que el banco ya suministra servicios de gestión. Porque, como recuerda el propio Frits Bolkestein, se da el caso de que "los analistas de un banco se sientan presionados a dirigir el dinero de sus clientes hacia estas sociedades". Una práctica que el comisario califica de "desleal".

De la mano con EE UU

La reforma pretende ir de la mano de las medidas que se están lanzando en Estados Unidos para recuperar la confianza de los inversores hacia los mercados. Sin embargo, en las directrices puestas sobre la mesa por Bruselas hay un claro distanciamiento respecto a la filosofía estadounidense en un punto. No sólo tiene más fuerza el concepto de autorregulación. Y aunque se recomienda una cierta desvinculación entre la función de analista y la de banca, la separación no es total como sucede en Estados Unidos.

La Comisión Europea no quiere ir tan lejos porque parte de la base de que la información de los analistas sobre las empresas de su cartera que cotizan en los mercados de renta variable es útil también para los inversores. "Debemos proteger a los inversores. Pero no se trata tampoco de dejar caer al bebé en una bañera con agua", según Frits Bolkestein.

Para compaginar estos dos extremos, las recomendaciones de Bruselas establecen cinco principios de base que los analistas deberían seguir a la hora de producir y publicar sus estudios de inversión.

- Claridad: Los estudios deben ser justos y claros para no inducir a errores.

- Competencia: Los estudios deben ser elaborados por analistas competentes con cuidado, diligencia e integridad, además de reflejar la opinión de los autores.

- Adecuación: La publicación de los estudios debe tener en cuenta las diferentes categorías de destinatarios y la necesidad de preservar la integridad del mercado.

- Prevención: Las sociedades que empleen a analistas deben poner en marcha un sistema y medios de control destinados a evitar, prevenir y generar conflictos de interés, tanto a nivel de las personas como a nivel de las empresas.

- Publicidad: Los conflictos de interés, tanto a nivel personal como de empresa, deben hacerse públicos.

Así se quiere conseguir que los clientes tengan un conocimiento claro de cualquier vínculo personal o profesional que pueda tener el analista con la empresa hacia la que les ofrece dirigir sus inversiones.

Además, las sociedades podrán acceder a los servicios de financiación que necesitan. "Se trata de combinar un alto grado de autorregulación con un código de buenas prácticas y una serie de principios claros para ejercer el papel de analista", afirman los expertos que han elaborado el documento.

Bruselas asegura que este marco está diseñado para que se aplique a escala paneuropea, tanto a través de la legislación comunitaria como de la cooperación entre las distintas autoridades reguladoras nacionales. Aunque también deja la puerta abierta a que la industria establezca su propio código de conducta en base a estos principios.

Normativa complementaria

"Independientemente de la opción que se elija, será un elemento clave en la creación de un mercado único en el sector de los servicios financieros", concluyen los expertos.

Las 31 recomendaciones, incluso si la Comisión Europea opta por transformarlas en un código de conducta para los analistas, se sumarán a la directiva sobre abuso de mercado y a la de servicios de inversión (en proceso de adopción). Las dos están dirigidas también a presentar las informaciones sobre compra y venta de acciones de la manera más transparente posible para evitar conflictos de interés.

Esta batería legal, surgida a raíz del caso Enron y WorldCom, permitirá a los inversores aprovechar las ventajas de un mercado en el que los estudios financieros puedan competir abiertamente.

Frits Bolkestein, comisario europeo de Mercado Interior.
Frits Bolkestein, comisario europeo de Mercado Interior.REUTERS

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