Exquisita Kiri Te Kanawa
Lleno absoluto en Peralada (Girona) para escuchar a la soprano Kiri Te Kanawa. La cantante escogió para un programa que pedía un marco más íntimo y recogido, no un gran auditorio al aire libre como era el caso, pero al que no se puede negar belleza y coherencia, pese a estar integrado por obras de 10 autores diferentes: Mozart, Mendelssohn, Schubert, Strauss, Duparc, Debussy, Hahn, Fauré, Tosti y Puccini.
El estado vocal de la cantante, a tenor del programa interpretado, era más que aceptable; la técnica, notable; el timbre, de calidad, y exquisito y magistral el uso de la media voz. Supo llevar el público a su terreno con versiones muy concentradas y de una musicalidad y pertinencia estilística notables. Y si todo el programa, después del prólogo de las cuatro obras de Mozart, con la cantante todavía algo fría vocalmente, fue interpretado de forma ejemplar, hubo dos auténticas joyas en las dos obras de Schubert (NATC
un Traum y Grethen amb
Spinrade) con unos ataques de una belleza sobrecogedora. Luego, al final, con Tosti y Puccini, se salió un poco de la línea general del recital.
Acompañada al piano excelentemente por Julian Reynolds y con un programa más hermoso que espectacular, Kiri Te Kanawa supo convencer, aunque lo hiciera en mayor grado a los amantes de las exquisiteces que con los de los decibelios.