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GUIÑOS
Columna
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Postales de Euskadi

San Sebastián en fiestas me ha brindado la oportunidad de encontrar en una de sus librerías la publicación que venía buscando desde hace algunas semanas. Se trata de Imágenes de la vida tradicional vasca a través de la tarjeta postal, una recopilación de fotografías realizada por Xabier Sagües y acompañadas por un texto de Jesús Ramos. La colección, de la editorial Ortzadar, tiene imágenes del primer cuarto de siglo XX. Se clasifica por criterios temáticos, aunque también se considera, quizás en un segundo plano, la belleza, la antigüedad y lo pintoresco. La hermosura de algunas imágenes facilitan una lectura muy placentera de este magnífico documento.

El volumen, de más de 350 páginas, deja de lado la industrialización floreciente en aquellos años y se centra en las formas de vida agrícola, marinera y artesanal. Una visión fotográfica con ribetes costumbristas y bucólicos que pone al descubierto muchas de las tradiciones de un País Vasco rural a lo largo de seis capítulos. El entorno doméstico es el apartado con más imágenes: las actividades de los agricultores en las fincas próximas al caserío y la de los pescadores en sus embarcaciones de litoral, labores combinadas en las que participan tanto mujeres como hombres, o el acarreo de leña, arena, piedras o tejas. En este panorama doméstico se incluyen escenas del mercado, donde se venden o intercambian cosechas por aperos y otros menesteres.

Seguido llega lo que se denomina ritos de paso, donde se encuadran bautizos, bodas y funerales. La religiosidad y el universo de las creencias se expresa en procesiones, rosarios y rogativas o cruces pintadas burdamente en las puertas. Los oficios resultan de lo más sugerente y variado. Así, encontramos al alpargatero con sus utensilios, al pastor de ovejas, al vendedor de cuajada y queso, a los gabarreros, al carbonero, al afilador, a la lavandera o incluso a los contrabandistas en pleno paso por los caminos que cruzan una frontera siempre difusa.

La fiesta, los deportes, el ocio encuentra escenas de mujeres bailando la jota al ritmo de guitarra, partidos de pelota en sus distintas modalidades, regatas, partidas de bolos o incluso de cartas. La lectura acaba con un amplio catálogo de tipos vascos, retratos de gente posando ante la cámara del fotógrafo para culminar esta magnífica recopilación de postales.

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