Barreras a la comunicación
Imaginad a una persona sumida en el silencio eterno, su alrededor le niega la lengua de signos y su sordera no es visible. Se habla de una nueva ley de "accesibilidad" para las personas con discapacidad, en los noticiarios televisivos se informa de ello: salen imágenes de personas en sillas de ruedas, imágenes de personas ciegas con su bastón, se habla de las barreras arquitéctonicas, etcétera, pero olvidan a las personas... ¡sordas!
Los eternos olvidados en cuanto al acceso a los medios de comunicación: la televisión no subtitula el cien por cien de su programación, sólo una pequeña parte, sin olvidar que el subtitulado en directo deja mucho que desear. En cuanto al acceso a la cultura: resulta dificultoso puesto que no hay casi presencia de intérpretes de lengua de signos en los museos, los cines no suelen poner películas con subtítulos, etcétera. En cuanto al acceso a la educación: hasta hoy predomina en España una educación puramente oralista y de integración, en detrimento de un método bilingüe que permita al niño-a sordo-a un mejor desarrollo. Consecuencia: analfabetismo funcional en un porcentaje alto de la población sorda, problemas de comprensión lectora y de expresión escrita, etcétera.
En los medios de transportes: falta de paneles informativos en aeropuertos, estaciones de tren y autobús, no olvidar que las personas sordas no entendemos lo que se transmite por los altavoces... y no sigo porque ya sería escribir un libro sobre las barreras a la comunicación.
Cuando se habla de discapacidad siempre se mencionan las barreras arquitectónicas, olvidando que también existen las barreras a la comunicación, unas barreras que perjudican el desarrollo cognitivo y personal de las personas sordas. Estoy hablando de miles de personas sordas, usuarias de la lengua de signos. Somos los eternos olvidados, somos silenciosos, quizás debamos ser más ruidosos.