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Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Una propuesta sensata

El candidato socialista Rafael Simancas se someterá a debate de investidura para la presidencia de la Comunidad de Madrid el día 27. La decisión de Simancas, que rectifica parcialmente lo mantenido hasta ayer, tiene por objeto desbloquear la situación creada en la Asamblea de Madrid y hacer que empiece a correr el plazo de dos meses (a partir de la primera votación fallida) que exige la ley para convocar nuevas elecciones. Pero pretende, sobre todo, que se celebre el debate; que se discuta, en sede parlamentaria y con los instrumentos propios del debate político, de las causas de la crisis. Es la primera propuesta inteligente que aparece desde el inicio de la enorme confusión provocada por los desertores Tamayo y Sáez.

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La candidata del PP, Esperanza Aguirre, acusó ayer a Simancas de haber engañado a la gente al renunciar a su compromiso de no presentarse para evitar gobernar con el apoyo de esos dos. Es una acusación injusta: Simancas mantiene su compromiso de no contar con ellos, no sólo para gobernar, sino incluso para ser investido. La única novedad es que ahora plantea que se celebre el debate como tal, y sus argumentos para ello son de peso: superar la controversia nominalista sobre la fecha de las nuevas elecciones, dar a conocer el programa que habría presentado sin la deslealtad de la pareja y ofrecer a los ciudadanos una explicación sobre lo sucedido, y sobre los motivos que hacen inevitable convocar nuevas elecciones.

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Esto último es lo fundamental. En lugar de seguir lanzándose querellas por encima de las cabezas de los electores, los partidos están obligados a ofrecer explicaciones. Nada mejor para ello que un debate parlamentario en el que presenten sus argumentos, y también las pruebas, si las tienen, de las acusaciones que han estado intercambiándose; sabiendo que seguramente no quedarán sin respuesta de la otra parte. Los socialistas, a cuyo grupo pertenecían los ahora acusados de corruptos, tendrán ocasión de hacer explícitas las excusas que adelantaron por haberlos llevado en sus listas.

Esperanza Aguirre, por su parte, contribuiría a la superación de la crisis si aprovechase el debate para reconocer que la convocatoria de nuevas elecciones, aun siendo inevitable, es una mala solución que implica forzar en alguna medida la voluntad de los votantes y que convierte en políticamente eficaz la felonía de los dos aprovechados. Es decir, lo contrario de lo que hizo ayer el portavoz del PP en el Congreso, Luis de Grandes, que siempre va un paso por delante en el navajeo falaz, al resumir la situación con que Simancas quiere ser presidente "a cualquier precio" y preguntar a Zapatero "cuánto ha pagado" a los villanos.

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