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Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Pegatinas

La ambigüedad de la respuesta dada por la Junta Electoral Central a una consulta de la de Valencia no permite despejar la duda de si se prohibirá a los interventores y apoderados exhibir pegatinas con la consigna "No a la guerra" en las mesas electorales el próximo domingo. En todo caso, la prohibición no afectaría a los electores, como se interpretó erróneamente.

La Junta no hablaba de ese lema en concreto, pero la consulta a la que respondía sí lo mencionaba expresamente; de ahí que el debate se haya centrado en dicha consigna y, por extensión, en otras como "Nunca máis" que han formado parte del debate político desde hace meses, aunque no sean un lema electoral concreto de un partido. La imprecisión de la respuesta de la Junta dio lugar a malentendidos como el que llevó al secretario de organización del PSOE, José Blanco, a decir que él pensaba ir a votar con una pegatina contra la guerra de Irak. Esa posibilidad nunca estuvo en cuestión, dado que la consulta se refería a los interventores y apoderados, no a los votantes.

Forma parte de los usos democráticos evitar la presencia en los colegios electorales de símbolos o emblemas políticos que puedan condicionar de alguna manera a los electores; pero sería llevar las cosas demasiado lejos impedir a los particulares que acuden a votar portar la indumentaria que deseen, incluyendo las insignas, pegatinas u otros símbolos de su gusto. En cuanto a los interventores, sería deseable que se abstuvieran de exhibir signos políticos diferentes a los de identificación del partido al que representan, pero no es algo que pueda imponerse por ley. La norma sólo habla de "actos de propaganda electoral", que, por supuesto, están prohibidos. La cuestión que la Junta no acaba de aclarar es si una pegatina de rechazo a la guerra es o no un acto de propaganda electoral. Desde luego ha sido un elemento central de la campaña, aunque no vaya directamente asociada a una petición expresa de voto.

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En todo caso, la idea de extender esa interdicción a eventuales carteles o paneles en los "colegios electorales y sus inmediaciones" puede conducir al absurdo pedagógico de obligar a borrar o tapar los miles de dibujos contra la guerra de Irak realizados por los escolares en pasillos y aulas de escuelas de toda España que se convertirán el domingo en colegios electorales.

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