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Entrevista:TOMÁS CALVO BUEZAS | Director del C. de Estudios sobre Migraciones y Racismo

"Estamos a tiempo de combatir el racismo en los colegios"

El catedrático de Antropología Social de la Universidad Complutense Tomás Calvo Buezas no comparte el miedo de muchos sobre lo que significa el fenómeno cada vez mayor de la inmigración en los centros escolares. Al revés, para él es todo un reto que debe tomarse con optimismo. Así, dice que "aunque en algunos casos puede acabar en algo negativo, en general debería mirarse como una experiencia de convivencia pacífica y enriquecedora". Calvo Buezas sabe lo que dice: dirige el Centro de Estudios sobre Migraciones y Racismo y entre 1996 y 2002 fue

representante de España en la Comisión Europea de la Lucha contra el Racismo del Consejo de Europa.

Acaba de publicar un libro, La escuela, ante la inmigración y el racismo (Editorial Popular), dirigido a profesores y estudiantes, donde ofrece material de reflexión, documentación y ejercicios didácticos para fomentar los valores de solidaridad para luchar contra la xenofobia y el racismo.

Pregunta. ¿Está la escuela a tiempo de combatir el racismo y la xenofobia en sus aulas?

Respuesta. A pesar de que en los últimos cuatro años el número de inmigrantes se ha duplicado en la escuela, la cifra es todavía muy pequeña [un 3%]. Por eso todavía estamos en una situación óptima de tener una escuela pluriétnica y respetuosa con otras culturas y a tiempo de no cometer los mismos errores que cometieron otros países europeos hace 15 años y de combatir el racismo en los colegios. Es importante evitar la concentración excesiva de inmigrantes en determinados centros públicos, como ocurre en algunas zonas periféricas de Madrid y Barcelona, y asignar el profesorado y recursos necesarios para atender los problemas de multiculturalidad.

P. ¿Está creciendo la xenofobia entre los escolares?

R. Los jóvenes racistas son pocos, pero muy peligrosos. Sólo un 3% de los escolares afirma que le gustaría salir por la noche a dar palizas a los inmigrantes. Mi hipótesis es que desde los sucesos del pasado 11 de septiembre en Estados Unidos se ha incrementado el rechazo a las personas ligadas a la religión islámica. Por primera vez, la mayor xenofobia se da contra los musulmanes cuando hasta entonces habían sido los gitanos el grupo que despertaba mayor recelo. Conviene no bajar la guardia. Un niño racista no nace, sino que se hace. Se nace con la potencialidad de ser agresivo, racista, pero también de ser bondadoso o demócrata. Es a través de la escuela donde se debe de desarrollar esa potencionalidad de valores solidarios.

P. Dígame una receta para luchar contra el racismo y la xenofobia en los colegios.

R. Que la convivencia escolar sea una práctica cotidiana de democracia, respeto y aprendizaje desde la diversidad. Es importante que la sociedad ayude a la escuela a vivir en esos valores, reforzada por el papel de los medios de comunicación. Porque la escuela es un instrumento privilegiado para educar contra el racismo, pero no puede soportar todo el peso de la educación.

P. ¿Cree que las movilizaciones contra la guerra de Irak protagonizadas por los estudiantes reflejan algún cambio?

R. Las movilizaciones contra la guerra de Irak han favorecido el valor de la paz y el diálogo, y eso es positivo porque los niños son una esponja y enseguida captan ese mensaje. Pero este ambiente hay que conseguirlo también con nuestros vecinos próximos, como los musulmanes y los gitanos. Los europeos somos muy propensos a proponer soluciones pacíficas y revolucionarias en Oriente Próximo o en Chiapas, pero a la hora de enfrentarnos con nuestros propios conflictos no lo hacemos con tanta intensidad ni eficacia.

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