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Una princesa triste se emancipa

Gracias a la ayuda de la princesa y psicoanalista Marie Bonaparte (1882-1962), Sigmund Freud logró escapar a tiempo de la Austria de los nazis. Tras una infancia y un matrimonio infeliz, la princesa de Grecia y Dinamarca, tataranieta del hermano de Napoleón Bonaparte, se había sometido en 1925 a una terapia con el padre del psicoanálisis, con quien llegó a entablar una estrecha amistad antes de dedicarse ella misma al estudio y a la propagación de esa nueva forma de sanar los dolores del alma humana. Esta semana, Catherine Deneuve ha llegado a Viena para encarnar, en una película de televisión dirigida por Benoit Jacquot, a aquella mujer emancipada, hija de un aristócrata sin fortuna, nieta del dueño del Casino de Montecarlo, esposa abandonada por un príncipe homosexual. La biografía que Louis Gardel y Francois Olivier adaptaron para ser filmada se llevó el pasado enero el premio por el mejor guión en el festival de televisión FIPA.-

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