El Tau da señales de vida
Ivanovic jugó por primera vez con todos sus jugadores
Era el partido de la nostalgia. El de los recuerdos de la primera final de la Euroliga, la de 2001. De aquel Tau todavía quedan buenos mimbres, y también su enhebrador, Dusko Ivanovic. Del Kinder de entonces por no quedar no queda ni el nombre. Se le ha caído el patrocinador, ahora es simplemente Virtus. Para colmo, ayer acudió a Vitoria sin su juego interior (Andersen, Frosini, Smodis). El Tau, por primera vez en toda la temporada, tenía a todos, Griffith incluido. Pero de nuevo se demostró que el número y la profundidad de banquillo no es lo primero. Antes está la rabia, las ganas de ganar. El Baskonia pudo arrasar desde el principio, pero remoloneó demasiado.
El Virtus, un espectro de lo que fue, blando y fiado al solitario liderazgo de Koturovic, planteó el intercambio de canastas como fórmula. Un juego en los antípodas de lo que quiere Ivanovic hacer en el Tau. Demasiados vicios y concesiones al rival. No había alma en el parqué. El equipo vitoriano deambuló por varios caminos vecinales hasta que encontró la autopista, ya pasado el intermedio. Entonces, superada la decena de puntos de ventaja, todo fluyó con más facilidad. Griffith tuvo minutos para avanzar en su rehabilitación, se socializaron los puntos y el protagonismo en el juego.
TAU CERÁMICA 93 - VIRTUS BOLONIA 73
Tau: Calderón (9), Vidal (6), Nocioni (10), Scola (20 ), Wolkowyski (12) -equipo inicial-, Bennett (11), Gadou (4), Griffith (8), Palladino (5), Foirest (8) y Hernández (0).
Virtus: Murdock (6), Bell (7), Sekularac (3), Brkic (15), Koturovic (23) -equipo inicial-, Gagneur (5), Belinelli (9) y Avleev (5).
Árbitros: Koromilas (Grecia), Gasperin (Francia) y Aitcheson (Inglaterra). Eliminaron a Nocioni (m. 40).
Unos 7.600 espectadores en el Buesa Arena.
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