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Columna
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La afrenta

El último día de febrero, Fernando Savater, que participaba en la presentación en la Universidad de Barcelona de la obra de Giordano Bruno, fue agredido al grito de "fuera fascistas de la Universidad". Los agresores le reprochaban su actuación como portavoz habitual de ¡Basta Ya!, plataforma que lleva años denunciando la persecución por parte del mundo de ETA de los rivales políticos del nacionalismo. Giordano Bruno, perseguido por sus teorías filosóficas, pasó un cuarto de siglo exiliado. A su regreso a Roma, en 1600, fue encarcelado por la Inquisición y quemado vivo en la hoguera por negarse a abjurar de sus ideas.

En el País Vasco ha vuelto a hablarse de inquisición, sobre todo a raíz del cierre cautelar del diario en lengua vasca Egunkaria. Un asesor del lehendakari con amplia experiencia política, Ramón Zallo, se extrañaba recientemente (Gara, 18-2-03), a proposito de ¡Basta Ya!, de que "universitarios que militaron en la izquierda" se hayan convertido en un "lobby inquisitorial". "No creo", añadía, "que

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