_
_
_
_
_

El Museo Picasso cierra al público el grueso de su colección hasta abril

Permanecerá abierta una exposición temporal mientras duren las reformas del centro El proyecto unifica la fachada principal de los cinco palacios

Las salas que contienen la colección permanente del Museo Picasso de Barcelona cerrarán el domingo al mediodía y no abrirán hasta el próximo 10 de abril. Durante este periodo se ultimarán las obras de la segunda fase de reforma del centro artístico, que afectan a los palacios de Aguilar, Baró de Castellet y Meca, y que permitirán una nueva visión del fondo permanente del museo. "El resultado, aunque espectacular, será muy equilibrado y pondrá de relieve la dimensión humana del museo", explicó ayer la directora del centro, María Teresa Ocaña.

Durante este breve periodo, seguirán abiertas al público las salas de exposiciones temporales en las que se presenta desde el pasado martes la exposición Picasso: de la caricatura a las metamorfosis de estilo, que pone el acento en el aspecto grotesco de la obra de Picasso. "El hecho de que el cierre parcial coincida con esta exposición temporal permitirá a todo aquel que visite el museo tener una idea bastante amplia de Picasso, ya que se muestran obras de todas las épocas", dijo Ocaña.

Con las obras de esta segunda fase, dirigidas por el arquitecto Jordi Garcés, se pretende dar coherencia a un espacio que ha ido conformándose durante el tiempo con incorporaciones de distintos edificios. El objetivo de la reforma, además de mejorar la contemplación de la obra de Picasso, es unificar toda la colección permanente en la primera planta o planta noble, que a partir de ahora tendrá un eje central que a modo de bulevar romperá el laberíntico recorrido que hasta ahora había que realizarse para visitarla. El resultado consistirá en un pasillo central similar al creado con anterioridad en la planta baja, que corre paralelo a la calle de Montcada. Este corredor sirve de distribuidor a los accesos, las salidas y los servicios del museo. Los 11.300 metros cuadros de superficie total del museo no sufrirán demasiada variación, excepto los conseguidos por la cobertura de un patio interior en el que con toda probabilidad serán expuestas Las meninas picassianas. "Sí aumentan los metros lineales de exposición, lo que repercute en comodidad para los visitantes y en la mejora de la conservación de las piezas", declaró Ocaña que destacó del trabajo de reforma "la potenciación del diálogo entre las intervenciones modernas, el espacio antiguo y las obras de Picasso".

Otra de las novedades que aportará el museo una vez que sea reabierto es la mejora en el acceso. A partir de abril, la entrada de grupos concertados se hará de manera diferenciada de la de los visitantes particulares.El público que visite el Museo Picasso dispondrá de un nuevo espacio de compra de entradas y de información, situado en los palacios intermedios que conforman el equipamiento museístico. Según la directora del museo, la incorporación de este espacio "evitará las aglomeraciones que suelen producirse en la calle de Montcada".

Este cambio implicará la modificación de la entrada, que desde abril se realizará por el Palau Meca. Coincidiendo con el final del recorrido de la exposición permanente, los visitantes saldrán por la puerta más próxima a la calle de la Princesa, que hasta ahora servía de acceso al Palau Aguilar.

La segunda planta del Museo Picasso estará dedicada a usos privados, como los archivos y la biblioteca. La anterior reforma del museo se realizó con la incorporación de la Casa Mauri y el Palau Finestres, donde se hallan las salas de las exposiciones temporales. En la primera planta, estas salas enlazarán, gracias a las obras que se están realizando, con la colección permanente. "De hecho, el espacio quedará unificado, aunque hay elementos característicos de cada construcción que marcarán ciertos matices diferenciadores", explicó la directora del Museo Picasso.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

El proceso de reforma también incluye la intervención en las fachadas. La principal intentará dar uniformidad a los cinco palacios que componen el edificio del museo y en la posterior, que da a la plaza resultante del derribo de varios edificios, se combinarán de manera más evidente los elementos de nueva realización con las partes originales. También está prevista la creación de un nuevo acceso por la plaza de Jaume Sabartés, pero Ocaña explicó "que la tercera parte de las reformas aún necesita para su definición la puesta en marcha de la segunda fase".

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_