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Tribuna:ELECCIONES EN LA ENSEÑANZA PÚBLICA
Tribuna
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Un poco de cordura, por favor

Censura el autor las declaraciones de la consejera de Educación sobre los resultados de las elecciones y otras valoraciones sindicales.

Las declaraciones de la consejera de Educación, Anjeles Iztueta, sobre los resultados de las elecciones sindicales en la enseñanza pública me parecen inaceptables. Por un lado, porque quien ocupa un cargo institucional no puede mezclar el papel representativo que le corresponde con sus fobias personales. Por otro, porque incide en una lectura frentista y sectaria de los resultados, una línea de pensamiento que creo muy negativa tanto para la enseñanza pública como para el país en general. Comprendo bien el enfado de Javier Nogales, secretario general de CCOO de enseñanza [El PAÍS, 5 de febrero]. Pero ese enfado no le da derecho a utilizar la incalificable torpeza -o incluso abuso de autoridad- de la consejera para mezclar churras con merinas. Como en una escena de cine cómico, discute con el de al lado y se lía a mamporros contra todo el que pasaba por allí.

Hemos expresado nuestra opinión contraria a la política educativa del Gobierno vasco

Si mis cálculos no son equivocados, en su artículo plantea ¡hasta 56 temas diferentes! Ello habla bien de su capacidad para enhebrar cuestiones muy dispares, pero afecta inevitablemente al rigor con que las aborda. Es un estilo que, por hacer imposible toda discusión razonada, está siendo muy utilizado en las campañas del "¡mierda va!", hoy tan en boga. No puedo entrar en cada tema que plantea, ni voy a responder a sus reiterados insultos. Creo, y también me incluyo, que deberíamos aprender a usar la cabeza para algo más útil que embestir.

Particularmente desafortunado me parece el intento de arrojar sombras sobre la limpieza de las elecciones. En cualquier convocatoria electoral de estas dimensiones surgen siempre problemas. Pero es indiscutible -y si no ahí están los tribunales- que todo se ha hecho ajustándose escrupulosamente a la legalidad, con luz y taquígrafos, bajo el control minucioso de las organizaciones sindicales y de representantes neutrales de los trabajadores. Respecto a otros aspectos del proceso, CCOO no debería confundir sus propias opiniones con lo único justo y razonable. Se olvida de algo tan elemental como que modificar las reglas del juego sólo puede hacerse por consenso, un camino que no ayuda precisamente a desbrozar. No juguemos con fuego. No amaguemos con romper las urnas si no nos gusta lo que dicen.

Es especialmente débil, desde el punto de vista de la lógica argumentativa, el intento de unir la firma de un acuerdo laboral con la defensa de la política educativa del departamento. Esa misma lógica nos llevaría a identificar a CCOO con la política del Gobierno Aznar, ya que es interminable el rosario de acuerdos a que han llegado con él. STEE-EILAS ha expuesto reiterada y públicamente la negativa opinión que le merece la política educativa del Gobierno vasco o su regulación del ciclo 0-3. No vamos a repetirnos. Es momento de pasar a la acción y sumar fuerzas. Hemos contribuido a poner en marcha la Mesa de la Enseñanza Pública, cuyo objetivo central es hoy luchar por una oferta pública del 0-3. Que CCOO nos acuse gratuita e infundadamente de "compartir" la política del departamento ayuda bien poco al trabajo en común.

Me resulta igualmente asombrosa la acusación de "corresponsables" de la "retirada de la mesa de negociación del plan estratégico de rejuvenecimiento de plantillas". Cualquier enseñante medianamente informado conoce lo sucedido. El anterior departamento presentó unas propuestas que, con la negociación bien avanzada, retiró al ser desautorizado por Función Pública. Con esos antecedentes, se puede entender que el actual departamento quiera atar el respaldo del Ejecutivo. Su "Plan de Gestión Integral" responde a esos miedos. No nos gusta nada cómo lo han diseñado, pero la seriedad nos impide opinar sobre un contenido que desconocemos. Lo que sí hemos atado en el acuerdo es el "mantenimiento de la plantilla presupuestaria", punto de partida que impide dejar manos libres en este terreno al departamento.

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STEE-EILAS ha repetido hasta la saciedad que la inestabilidad de las plantillas es el principal problema sindical de la red pública. El acuerdo ha supuesto avances indiscutibles, pero no ha solucionado la situación. Hay que recordar que el departamento intentó acabar con el compromiso de estabilidad y reordenar al colectivo de sustitutos de acuerdo a la nota obtenida en las oposiciones, es decir, que varios miles de trabajadores seguirían trabajando o no en función de los resultados de un examen. Algo, por cierto, que ya intentó el PSE cuando estuvo en la consejería. STEE-EILAS explicó que no nos dejaban más salida que la huelga. Hubiéramos afrontado un conflicto a cara de perro en el que podríamos haber ganado o perdido. Nunca lo sabremos, porque dieron marcha atrás. Esta es la "política de personal" que "compartimos" con la Administración.

Y volvemos al tema recurrente del euskara y los perfiles lingüísticos. Pienso que el euskara debe llegar a ser un patrimonio compartido de toda la población. Es perfectamente posible, y tenemos ya una amplia experiencia al respecto, que al finalizar la escolarización obligatoria todo el alumnado tenga un dominio suficiente y equilibrado de ambas lenguas oficiales. El profesorado ha respondido a ese inmenso reto: si en 1978 tan sólo un 5% tenía titulación de euskara, en la actualidad hay un 80% que cuenta con perfil lingüístico. Desde siempre hemos sido conscientes de las dificultades de una empresa de esas dimensiones y defendido avanzar en ella con mano izquierda y buscando el mayor consenso posible. Pero, ¿qué bases puede tener ese consenso? Veamos un ejemplo. CCOO exige que a todas las plazas para ejercer la docencia en euskara de las oposiciones, de Pl2, se puedan presentar quienes no conocen la lengua. Algo que no hizo el PSE cuando estuvo en la consejería de educación y contrario a lo dispuesto en el decreto de perfiles lingüísticos pactado en 1993 entre PSE y PNV. ¿Es ésta una propuesta que pueda suscitar consenso social? ¿Participa también en el "acoso laboral" que denuncia la inmensa mayoría del propio personal sustituto que la rechaza? Agradecería de todo corazón a CCOO que dejara de atizar estos enfrentamientos.

Estamos viviendo una peligrosa intensificación del sectarismo. Esa sensación continua de ruido, de incomprensible jaula de grillos, influye también en la desmovilización, la apatía y en el descenso de la participación sufrida en las elecciones sindicales. Aprender a gestionar la pluralidad empieza por saber escuchar y desarmar la palabra. Sólo tendiendo puentes y buscando puntos de encuentro seremos capaces de plantear reivindicaciones que potencien la acción colectiva. En ello está STEE-EILAS y va seguir estando.

Javier Lozano es responsable de comunicación de STEE-EILAS.

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