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Los democristianos obtienen una estrecha victoria en las elecciones de Holanda

Con 44 de los 150 escaños, la CDA buscará formar una coalición de centro-izquierda

Isabel Ferrer

La democracia cristiana holandesa (CDA) obtuvo ayer una estrecha victoria sobre sus rivales socialdemócratas (PvdA) al conseguir 44 de los 150 escaños del Parlamento en las elecciones legislativas. La remontada histórica de los socialistas, debida a la popularidad de su nuevo líder, Wouter Bos, les convierte en la segunda fuerza nacional con 42 escaños. Se abre ahora un periodo de difíciles negociaciones para formar una coalición estable de centro izquierda, la modalidad más plausible de Gobierno y la indicada por los votantes con su sufragio.

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El líder democristiano Jan Peter Balkenende es recibido por sus seguidores en la sede del partido.
El líder democristiano Jan Peter Balkenende es recibido por sus seguidores en la sede del partido.EFE
El candidato socialdemócrata Cohen ayuda a votar a su mujer, paralítica.
El candidato socialdemócrata Cohen ayuda a votar a su mujer, paralítica.EPA

Premio a la perseverancia

Sereno hasta el final, la presencia de ánimo del democristiano Jan Peter Balkenende lo colocaba ayer muy cerca de la segunda victoria en unas legislativas en los últimos ocho meses. Catapultado en mayo pasado a la jefatura del CDA por las rencillas de sus superiores dentro del grupo, Balkenende logró ganarse entonces el respeto de sus conciudadanos por mantener sus ideas sin criticar a nadie. Su juventud -tenía 45 años- jugó también un papel importante. Todavía no parecía absorbido por el ejercicio del poder desde la lejanía. Precisamente la crítica más repetida contra los gobernantes de la vieja escuela que han ocupado durante décadas los despachos del Ejecutivo en La Haya.Algo irritado durante la campaña recién concluida por la popularidad de Wouter Bos, el nuevo líder socialdemócrata, Balkenende ha hecho lo imposible por parecer innovador sin proponer grandes cambios. Hijo de un comerciante de grano de Zeeland, al suroeste del país, ha centrado sus esfuerzos en conseguir que los electores volvieran a confiar en su partido. En convencerles de que no tuvo tiempo de demostrar sus bondades en los 87 días de vida de su anterior Gabinete, lastrado por la ruda inexperiencia de los miembros de la Lista Pim Fortuyn. Al final, ha suscrito con creces la etiqueta de "aburrido, pero fiable al 200%" que le colgaron al desembarcar en el Gobierno el año pasado. Entonces prometió revisar la Ley de la Eutanasia, apoyada por el 80% de la población, porque le parecía demasiado amplia. Ahora ha recordado que la estabilidad nacional depende de la mesura en todos los terrenos. De eso y de confiar en grandes agrupaciones como la suya, las más preparadas para respetar los valores del holandés medio y devolverle la iniciativa social.Devoto cristiano que admira a Vaclav Havel, presidente saliente de la República Checa, y que asegura hallar "paz, estabilidad y consuelo" en las enseñanzas de Cristo, Balkenende ha tratado de distanciarse de la buena imagen de Bos. A fin de cuentas, en los pasados comicios el popular y aclamado fue él, un democristiano prácticamente desconocido.

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