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López Burniol y la crema catalana

El notario Juan José López Burniol, en su artículo publicado el pasado 9 de enero bajo el título La innovación de la crema catalana, hace una nueva contribución a la campaña del PSC-PSOE encaminada a intentar convencer a los catalanes de lo necesario de un cambio político en Cataluña.

Juan José López Burniol lo justifica basándose en que "el actual grupo dirigente lleva más de 20 años, lo que no resulta saludable, habida cuenta de que toda estructura de poder tiende necesariamente a generar una subestructura clientar". El segundo argumento es que ello "supondría la participación en el poder de la Generalitat de un grupo social, los inmigrantes de cultura originaria castellana que hasta ahora no han accedido a él como tal grupo". Ambos argumentos, después de 20 años de oposición del PSC-PSOE en Cataluña, demuestran que los intelectuales y demás apoyos en la órbita del socialismo catalán que gozan de tribunas de expresión en el ámbito del periodismo y de los medios de comunicación -que no son pocos- se encuentran algo limitados y faltos de inspiración a la hora de difundir las bondades de Maragall y su equipo (?). ¿Cómo es posible que a estas alturas una personalidad tan prestigiosa como el notario López Burniol sostenga que las repetidas muestras de confianza de los catalanes hacia Convergència i Unió y hacia el president Jordi Pujol en sucesivas elecciones al Parlament son sinónimo de oscuro clientelismo como el que practican los gobiernos socialistas de Andalucía y Extremadura, sin citar el control político y social que lleva a cabo con maestría el gobierno socialista de la ciudad de Barcelona desde las primeras elecciones municipales en el año 1979? ¿Lo que vale para unos no vale para todos? ¿O resulta que el mapa genético del socialismo es incompatible con el clientelismo? Por lo que respecta a la segunda de las ideas fuerza esgrimidas por el señor López Burniol, creo sinceramente que es incluso peligroso deslizar el socorrido argumento del papel de los inmigrantes de cultura originaria castellana en el autogobierno de Cataluña. En primer lugar porque no existe tal colectivo. ¿O nohabíamos convenido -socialistas incluidos- que "som sis milions de catalans", con independencia de su origen geográfico? Y en segundo lugar porque si alguna política de las llevadas a cabo por el Gobierno de CiU ha sido magistral, es precisamente la que ha tenido como objetivo conseguir "un sol poble" a base de políticas activas de integración y de cohesión social. En fin, después de más de 20 años, el socialismo catalán sigue sin ver la paja en el propio ojo y se mantiene "prietas las filas" con el objetivo puesto en la movilización de determinados colectivos que en muchos casos forman parte de las élites más emprendedoras y dinámicas de la sociedad catalana, y que en ningún caso deben ser considerados ni como inmigrantes ni como excluidos del progreso general que se ha vivido en Cataluña durante los últimos 23 años.

Jordi Martí Galbis es diputado de CiU en el Congreso por Barcelona.

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