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MÚSICA EN 7D

Varona, Carbonell y Ska-P agitan el cartel de la semana

Parla celebra un festival étnico y se presentan los Músicos Motivados por un Mundo Mejor

Se va recuperando la normalidad, tras el paréntesis navideño, y el cartel musical madrileño se ve repleto y variado. Pancho Varona, la mano derecha (y a veces también la izquierda) de Joaquín Sabina, vuelve con su propio proyecto, lleno de guitarras exquisitas; el iconoclasta y televisivo Pablo Carbonell presenta disco y Javier Paxariño muestra su versatilidad los siete días de la semana, mientras que en Parla comienza un festival étnico con los malgaches Kilema.

- Cumpleaños feliz. Sobre un pequeño cabaré donde en los ochenta primaban los espectáculos de transformismo, hace 13 años se erigió Siroco, el templo del rock independiente que empezaba a ponerse de moda al inicio de los noventa. El último Madrid musical sería difícilmente comprensible sin lo que ha aportado Siroco, pues por su escenario pasaron mucho antes de ser conocidos bandas como Dover o Los Rodríguez. La efeméride se va a conmemorar con dos macroconciertos gratuitos en la sala Arena, pues la propuesta no cabe en el reducido local de la calle San Dimas. La primera noche estarán Furor, acompañados de Salida Nula, Pereza, Hermanas Sister, Garaje Jack, La Vacazul y Sobrinus. La segunda, Yoghourt Daze, Lombardi, Dwomo, Liquid Sun, A Room With a View y 995. Es decir, el rock actual en todas sus vertientes, con muchos de los grupos que acostumbran a tocar en Siroco.

Patacho, el guitarrista de Glutamato Yeyé, uno de los grupos de culto de la movida madrileña, también ha actuado muchas veces en Siroco, tanto como componente de La Banda del Otro Lado como con Buenas Vibraciones, pero ahora va dos noches a El Sol con su proyecto en solitario. Fuga de vocales, su disco último, repleto de colaboraciones de lujo, es un ejemplo de poderoso pop de guitarras de alta escuela madrileña.

Y vuelve Ska-P, un grupo vallecano que, aunque no suena con la intensidad de hace unas temporadas, no ha perdido pegada. Su último disco, ¡Que corra la voz!, les ha llevado por una gira europea de éxito y les tiene de nuevo en Madrid, donde sus seguidores se multiplican y disfrutan de unos conciertos llenos de energía, humor y un buen repertorio de disfraces y números próximos al teatro.

- Los sonidos de la tierra. Las flautas y saxos del visionario Javier Paxariño proponen una curiosa imagen en su último disco, Ouroboros, que justifica su presencia en el café Central. Es la serpiente que se come la cola, como símbolo del eterno retorno, el bucle del tiempo y los ciclos. Así, la sonoridad del Mediterráneo, de Galicia, de Andalucía o de Castilla, de Italia o los Balcanes caben en su paleta musical.

De Sudán llega Wafir, que añade a su dulce música la impronta de más de una década asentado en Madrid. Acordeonista, percusionista y laudista, Wafir presenta su luminoso reciente disco, Nilo azul.

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Lo del gitano valenciano Parrita es la rumba de raíz flamenca. Fruto del amor se llama el disco que presenta y en él se oyen esos cantes que hacen el flamenco apto para todos los públicos. Kelvis propone una mirada nueva del son cubano desde el rock, y en Boadilla, Vocalesse hace un homenaje a los juegos de voces y repertorio de Manhattan Transfer. En Parla arranca Intermusic 2003, un nuevo festival de músicas del mundo, con el grupo de Madagascar Kilema, formado con miembros de Justin Vali Trío, la propuesta artística más famosa surgida de la gran isla africana. De Guinea, pero también casi madrileño, Alex Ikot presenta su nueva banda tras disolver La Malabo Strit Band.

- Músicos Motivados. Hay artistas y músicos que creen que otro mundo mejor es posible, y para ello han constituido una plataforma (www.motivados.org) que va a presentar en Madrid mediante una fiesta participativa el triple CD MMMM (Músicos Motivados por un Mundo Mejor). Al encuentro del viernes en Suristán le han llamado Party Sí Pasión y entre debates y coloquios actúan Surama, Rebeka Brown o John Applewhite.

Y aunque no estén en esa movida, bien podría incluirse ahí a Pablo Carbonell y a Pancho Varona, dos de las más destacadas actuaciones que tienen lugar en Galileo Galilei. La de Varona se produce hoy mismo, y cuenta con la inestimable ayuda de Antonio García de Diego. Los dos constituyen el brazo musical armado de Joaquín Sabina. Varona es autor de la música de muchas de las canciones conocidas de Sabina, o compuestas a medias con él; también ha firmado canciones cantadas por artistas como Luz, Ana Belén, Christina Rosenvinge o Ana Torroja. El gusto por la guitarra bien tocada y el cuidado de las melodías es la principal baza con la que cautiva en sus conciertos.

No es tan abismal la diferencia con Pablo Carbonell, que también resulta original a la hora de enfrentarse a una canción con sentido. Claro, que con Carbonell prima más el humor, pero su disco en solitario, Aceitunas y estrellas, en el que basará su concierto, hay segundas lecturas llenas de profundidad y contenido.

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