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Decenas de alumnos de las academias Brighton denuncian a la empresa tras presentar la quiebra

Tras la crisis de Opening llega la de las academias de idiomas Brighton. Decenas de alumnos de Brighton han presentado o tienen previsto prsentar en las próximas horas denuncias por estafa ante la policía y el juzgado. Ayer, un día después de conocerse la decisión de la empresa de instar la quiebra, funcionarios judiciales y miembros de la Guardia Urbana de Barcelona procedieron al desahucio por impago del alquiler de un centro de Brighton en la calle de Pelayo.

La imagen de marca de la empresa, que conservaba todavía algún prestigio para algunos alumnos, cayó en picado anteayer y echó el cierre pocos minutos después de haber formalizado las últimas matrículas de un curso que nunca llegará a celebrarse. La quiebra sólo afecta a los centros de Barcelona y no a otras academias que han tenido contactos con la empresa.

En la red de academias de Brighton, todas en el área de Barcelona, trabajan unas 200 personas, entre profesores y no docentes. Los alumnos matriculados con cursos pendientes son unos 4.000 en total, aunque fuentes sindicales señalaron que existen otros 8.000 alumnos matriculados en años anteriores que todavía tienen cursos pendientes.

El panorama era ayer desolador en algunos centros. Por segundo día consecutivo, los alumnos y profesores de Brighton formaban grupos en la Rambla de Cataluña de Barcelona, frente al edificio que alberga a uno de los centros de la red de academias. En la puerta de esta academia, Marta Coronado, psicóloga de profesión y alumna de inglés, manifestó a este diario que ha pagado dos años de cursos a través de un crédito de 600 euros, concedido por una financiera de La Caixa. Por su parte, Eva Masó, también alumna de inglés, manifestó que ha firmado un credito, del que no facilitó la cantidad, con el Banco Pastor. A la vista de éstos y otros ejemplos, Brighton ha seguido contratando cursos a través de créditos formalizados con entidades y cedidos posteriormente a los alumnos, aunque la publicidad de la empresa ofrecía únicamente cursos al contado.

La Dirección General de Consumo de la Generalitat de Cataluña recomendó a los alumnos afectados por el cierre de la academia que envíen cartas a la empresa, al Instituto Catalán del Consumo y a las entidades financieras para dejar constancia por escrito de que les han dejado sin clases. Inspectores de la Generalitat acudieron ayer a los distintos centros pertenecientes a esta red de academias para levantar acta de que están cerrados.

Los representantes sindicales de los empleados de Acces Lenguage -gestora de Brighton- no pudieron ponerse en contacto a lo largo de la jornada con el representante legal de la empresa, José María Mateos, ni con de Alfredo Ibáñez, fundador y gerente de las academias Brighton, al que los trabajadores acusan de haber huido con papeles de la empresa sin dar explicaciones.

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