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Michavila muestra 50 años de búsqueda artística en una retrospectiva en Bancaixa

80 pinturas componen la exposición que repasa las diferentes etapas de su trayectoria

Ferran Bono

Joaquín Michavila (L'Alcora, 1926) se decidió a 'coger el camino' que le condujo a la abstracción constructivista tras viajar por Europa en los años cincuenta y descubrir 'la belleza de las formas geométricas'. Luego, sufrió una crisis que desembocó en un cambio de rumbo, un retorno al paisaje más esencial. Y ahora se ha sumergido en la indagación del negro. Toda una trayectoria que se puede seguir a través de 80 cuadros que componen la exposición Ximo Michavila. 50 anys de pintura, que ayer se inauguró en la sede de la Fundación Bancaixa de Valencia.

Una trayectoria marcada por el signo de la 'racionalidad' señaló ayer el pintor castellonense, uno de los principales integrantes del vanguardista Grupo Parpalló y de la abstracción valenciana en la segunda mitad del siglo XX. 'Esto es: representar de forma plástica mis pensamientos, esa parte tan oscura del alma que todos tenemos', explicó en la presentación de la exposición, comisariada por José Badía y María Jiménez, que se exhibirá hasta el 10 de enero.

También la música y la poesía, 'y todo aquello que estimula la sensibilidad', constituyen la materia principal de la que se alimenta. El primer bloque recibe el nombre de El pálpito constructivista, y reúne las obras que realizó hasta los años ochenta, en las que se interesa por el análisis de las relaciones espaciales a partir de colores planos y del juego de intersecciones. 'Me fascinaba [el constructivismo] pero me cansé y llegué a tener una crisis', relató el artista. Tras uno o dos años sin pintar, volvió a su estimada naturaleza y fijó su mirada en el lago de L'Albufera, apenas utilizado en la obra de grandes pintores valencianos como Sorolla y Pinazo. De ese paisaje extrajo la conocida serie de abstracción lírica El llac. 'Los cambios del agua, los reflejos, los nublados', eran plasmados por Michavila en su obra 'desde la racionalidad del estudio'.

Su proceso evolutivo le llevó en la década de los noventa y en la actualidad a trabajar el collage y una serie de acrílicos bajo el título genérico de Contrapunto, unas pinturas negras que surgieron al retomar la idea de su amigo Eusebio Sempere, que decía que la 'luz es negra'. Se representan visiones cosmológicas inspiradas por la música.

La exposición se acompaña de un catálogo en el que el artista y ex alumno de Michavila Yturralde, y los expertos como Vicente Aguilera Cerni, Albert Forment o Manuel Muñoz abordan su obra desde diferentes planos.

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Sobre la firma

Ferran Bono
Redactor de EL PAÍS en la Comunidad Valenciana. Con anterioridad, ha ejercido como jefe de sección de Cultura. Licenciado en Lengua Española y Filología Catalana por la Universitat de València y máster UAM-EL PAÍS, ha desarrollado la mayor parte de su trayectoria periodística en el campo de la cultura.

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