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Entrevista:JUAN COBOS WILKINS | EQUIPAJE DE BOLSILLO

'Las minas de Riotinto son poéticas'

'Imagínate una tierra atravesada por un río rojo, con un cráter de más de un kilómetro de longitud y recorrida constantemente por tráilers gigantescos con ruedas como dos veces la altura de un hombre de un metro sententa'. La voz de Juan Cobos Wilkins (Riotinto, 1947) denota la intensa emoción que le produce describir las minas onubenses de Riotinto, su tierra. Un paisaje 'devastado y lunar' que el escritor, sobre todo poeta, describe en su primera novela: El corazón de la tierra. Páginas que, el Día del Libro, mineros jubilados, amas de casa, niños... leyeron por turnos, en la radio local, como se hace con el Quijote.

PREGUNTA. ¿Por qué este salto de la poesía a la narrativa?

RESPUESTA. No lo he vivido como un salto. Antes había escrito relatos y pequeñas obras de teatro. Sencillamente, tenía una historia que contar y pedía hacerse en forma de novela.

P. Pero en El corazón de la tierra no ha renunciado al lenguaje poético.

R. No he renunciado a un lenguaje cuidado que los lectores siempre me han agradecido. He tratado de elegir los sustantivos y adjetivos de manera precisa y sorpresiva. La poesía tiene una capacidad de emoción a la que no hay que renunciar en la narrativa. Además, las minas de Riotinto son muy poéticas. La atmósfera de ensueño y magia del lugar, aparte de que pueda estar en mi lenguaje, se corresponde con la realidad.

P. Entonces, ¿nada que ver su incursión en la narrativa con que la poesía esté considerada como un género menor?

R. ¡No!, yo soy poeta. La poesía es el núcleo fudamental del que salen el resto de los géneros, la esencia, la almendra. El resto son colonias.

P. Los científicos dicen del río Tinto que es un paisaje marciano, de gases venenosos. No parece muy poético.

R. Yo creo que astrofísica y poesía se parecen cada vez más. Para hablar de los misterios del universo, los científicos recurren a la metáfora. La precisión está en la metáfora.

P. ¿Por qué le interesó el hecho histórico de la revuelta de 1888?

R. La primera vez que oí hablar de las revueltas fue a mi abuelo. Me impresionó la historia de una manifestación que aglutinó a 12.000 personas. Gente que trabajaba 12 y 14 horas. Anarquistas y socialistas, agricultores y mineros, todos movidos por una persona misteriosa, ilustrada, culta y con gran poder de seducción. Además, es un episodio deconocido en la memoria histórica de nuestro país. Me interesaba dar testimonio como alguien que ha nacido allí, pero también las posibilidades de la historia en un lugar tan mítico. Por otra parte me atraía la mezcla de anarquismo y mundo victoriano de la época.

P. El libro tiene mucho de inglés. Expresiones, costumbres... ¿Y usted?

R. Yo tengo más de español que de inglés. Aunque en algunos detalles, como en mi sentido del humor, soy muy british. Además, soy muy puntual.

P. ¿Toma el té a las cinco?

R. No siempre (risas). Muchos días a las cinco y media.

P. Un canon de lectura.

R. Disfruto mucho con Proust, pero también con Chéjov, Borges, Kafka y Thomas Mann, entre otros. De Mann recomiendo sobre todo una novelita: Tonio Kröger. Ese libro fue para mí como una bofetada de precisión y sutileza en la escritura. La leí con 14 años y pensé que yo también quería hacer aquello.

P. ¿Y los españoles?

R. Ana María Moix me gusta mucho. Estoy deseando que me mande su último libro para disfrutar de su sensibilidad.

P. ¿En qué trabaja?

R. En una novela de inocencia o perversidad. Queda a la elección del lector. La he montado a partir de un verso mío '¿Y si el príncipe entre ser o no ser elige o?'. No puedo decir más.

El corazón de la tierra. Juan Cobos Wilkins. Debolsillo. Madrid, 2002. 265 páginas. 5,85 euros.

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