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CRISIS ECONÓMICA INTERNACIONAL

Los países ricos buscan frenar el desplome

El G-7 analiza medidas de emergencia ante un eventual empeoramiento de la economía mundial

Los ministros de Finanzas y presidentes de los bancos centrales de los siete países más industrializados del mundo (Estados Unidos, Alemania, Japón, Francia, Reino Unido, Canada e Italia), el denominado G-7, reunido en Washington, debatieron el pasado viernes (madrugada de ayer en España) por primera vez la posible adopción de medidas ante una eventual desaceleración más intensa de las tasas de crecimiento de la economía mundial.

El comunicado final es más discreto al señalar que 'el crecimiento continúa, aunque a un ritmo más moderado de lo previsto' y reconoce que 'los riesgos persisten'. Lo cierto es que la preocupación por una posible recaída es cada vez más extendida, lo que ha llevado a plantear la posibilidad de adoptar medidas cíclicas si persiste la desaceleración actual.

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El comunicado final del G-7, cuyo borrador fue objeto de correcciones, sostiene: 'El crecimiento económico en nuestros países continúa, aunque a un ritmo más moderado que lo previsto con anterioridad. Reconocemos que los riesgos persisten. Estamos abocados a políticas económicas sanas y reformas estructurales y a trabajar juntos para mejorar la transparencia de la información de las empresas, reforzar las normas contables y fortalecer la independencia de las auditorías. Confiamos en que estas políticas, acompañadas con la continua vigilancia y cooperación, vigorizarán el crecimiento en los próximos meses y, por tanto, apoyarán la expansión sostenida. Continuaremos supervisando de cerca los mercados de cambio y cooperaremos de la manera más apropiada'.

El peligro de América Latina

Asimismo, los ministros han tratado de desactivar la bomba financiera que continúa su cuenta atrás en América Latina. 'Damos la bienvenida a la continuidad de los compromisos de Brasil con políticas sanas y estamos preparados para apoyar a Argentina, a través del FMI, en el contexto de un programa sostenible', dice el comunicado. También destaca que se ha avanzado en el estudio de un sistema de prevención de crisis financiera de los países emergentes, asunto que el FMI va a proponer el próximo mes de abril. El comunicado subraya también la lucha contra la financiación terrorista.

¿Qué escenas hubo inmediatamente antes de que se aprobara el comunicado? Depende del continente del que venga la versión, sobre todo si procede de EE UU o de Europa. Paul O' Neill, secretario del Tesoro norteamericano, explicó ayer a la prensa que no entiende por qué se está pintando un panorama tan sombrío de la situación, cuando se le preguntó que efectos podía tener una guerra en Oriente Próximo sobre unos datos que ya son muy preocupantes. 'Mire, tenemos una economía sin inflación; las ventas de casas van como nunca antes; lo mismo sucede con los coches. Creo que vamos a crecer un 2,5% en el tercer trimestre. No veo por qué se habla tanto de los aspectos negativos', dijo.

Sin embargo, los ministros europeos cuentan otra cosa. El ministro de Finanzas francés, Francis Mer, explicó, por su parte, que Alan Greenspan, presidente de la Reserva Federal, les había ilustrado sobre la necesidad de recuperar la confianza, a la luz de los escándalos empresariales en EE UU. 'Es la segunda vez que asisto a una reunión del G-7. Greenspan nos dio una charla en la que subrayó mucho el problema de la confianza después de los escándalos empresariales en EE.UU y la incertidumbre que hay', dijo. Mer no ocultó su preocupación. 'En este contexto, también hay que situar la incertidumbre de una posible guerra en Oriente Próximo', señaló.

Wim Duisenberg, presidente del Banco Central Europeo (BCE), salió de la reunión dispuesto, una vez más, a preguntarse por qué razón todos le miran a él y a su institución. 'La modesta recuperación de la primera parte de este año se verá seguida débilmente en la segunda mitad. Solo en 2003 esperamos tasas más altas de crecimiento. El consumo privado es la clave del sostenimiento de la recuperación en el area del euro', explicó. Añadió que ni en la reunión plenaria ni en sus encuentros bilaterales, se sugirió que el BCE debe bajar los tipos de interés. 'Ya saben nuestra posición', dijo. El BCE sostiene que los actuales tipos de interés permiten la recuperación y son una barrera a la inflación.

Otras versiones

Sin embargo, los italianos dieron mayor información sobre el cónclave del G-7. El ministro de Finanzas, Giulio Tremonti, y el presidente del Banco de Italia, Antonio Fazio, explicaron que lo más relevante ha sido que por primera vez se aborda la adopción de medidas para frenar una mayor caída de la economía. 'Se ha empezado a debatir distintas hipótesis para sostener el crecimiento a la vista de que la recuperación es más débil de lo que se pensaba. Esto es lo importante', razonó Tremonti. 'Normalmente, los políticos están más convencidos y los bancos centrales son más reticentes. Excepto Fazio, los otros gobernadores fueron más diletantes', dijo.

Fazio, por su parte, narró algunos momentos de la reunión. 'Sí, es verdad. Cuando Tremonti dijo a los otros ministros que los bancos centrales son más conservadores, yo hablé. Todos pensaban que iba a presentar objeciones. Pero dije que apoyaba al ministro, que hay adoptar medidas'.

La recuperación, pues, sufre horas bajas. La Bolsa de Nueva York ha perdido en el mes de septiembre alrededor de un 11% y un 16,7% en el tercer trimestre. Y en Europa, Alemania puede revisar su previsión de crecimiento para 2003, del 2,5% al 1,5%. Será difícil que los mercados bursátiles actúen, otra vez, como motor del crecimiento.

Al margen de las reuniones oficiales, prosigue la contestación callejera de miles de manifestantes contrarios a las políticas del FMI y del Banco Mundial. En la tarde de ayer, se vivió un clima de tensa espera, tras los sucesos del día anterior. Según el balance del jefe de la Policía Metropolitana, Charles Ramsey, el jueves fueron arrestadas más de 650 personas en 'demostraciones no autorizadas', por lo que ayer se amplió el control estricto para impedir actos de violencia callejera.

El secretario del Tesoro, Paul O'Neill, bromea con el presidente del Banco Mundial, Gordon Brown (derecha).
El secretario del Tesoro, Paul O'Neill, bromea con el presidente del Banco Mundial, Gordon Brown (derecha).AP

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