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Vivendi logra un crédito de 3.000 millones de euros

Jean-René Fourtou, presidente de Vivendi Universal, ha mejorado su margen de maniobra para sanear las finanzas del grupo de comunicación, al obtener un crédito de 3.000 millones de euros por parte de un consorcio de 11 bancos acreedores, dirigido por BNP Paribas, Societé Générale y Citigroup. Esta línea de crédito a medio plazo integra la de 1.000 millones a corto plazo lograda en julio pasado para resolver las necesidades de tesorería más urgentes.

La ampliación del crédito es una señal de la confianza de los bancos en el futuro del grupo y en las gestiones que realiza para vender activos que puedan proporcionarle entre 4.500 y 5.000 millones de euros en los próximos meses, para reducir el endeudamiento heredado de la gestión del anterior presidente, Jean-Marie Messier, valorado en 19.000 millones.

El grupo rehusó confirmar o desmentir una información de Financial Times que apunta a la venta del 44% en la empresa de servicios Vivendi Environnement. La difusión de esa posibilidad bastó para que el grupo público Electricité de France (EDF) -cuya privatización parcial es una de las contempladas por el Gobierno francés- se declarase dispuesto a 'estudiar' el entrar en la rama de energía de Vivendi Environnement, precisando que no le interesa el resto de actividades -agua, transportes, limpieza- de esta última.

Otras fuentes confirman que Fourtou tiene decidida la venta de la división editorial Vivendi Universal Publishing, por la cual pujan desde tres fondos de inversiones hasta el empresario Jean-Louis Lagardère, dueño del grupo Hachette. La fortaleza de este último en la edición de libros de texto y de los famosos diccionarios Larousse o Robert -además de Paris Match y otras muchas revistas- puede plantear problemas de concentración excesiva del sector editorial francés, argumento que Lagardère trata de combatir con la reivindicación de su compromiso con la cultura francesa, como aspecto a tener en cuenta para aceptar su oferta. Sin embargo, no desea quedarse con las editoriales de otros países incluidas en Vivendi Universal Publishing -como la española Anaya y la estadounidense Houghton Mifflin-, que otros aspirantes sí desean comprar conjuntamente con las editoriales francesas.

Los movimientos se aceleran a una semana de que el consejo de Vivendi defina su estrategia. Todo parece indicar que la nueva dirección descarta desprenderse de la participación en la empresa de telecomunicaciones Cegetel, por la que estaba interesado su socio Vodafone, y que Vivendi podría incluso reforzar su control en una de las partes más rentables del grupo.

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