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El fiscal de Madrid juzga 'intolerable' vincular crímenes e inmigración

Relacionar, como hace el Ministerio del Interior, el aumento de la inmigración con el de la delincuencia es 'un disparate sociológico, una injusticia jurídica y un gravísimo error político'. Es la opinión de Mariano Fernández Bermejo, fiscal jefe de Madrid, incluida en la memoria de 2001 de la Fiscalía General del Estado. Fernández Bermejo subraya que lo que puede conducir al crimen es la 'marginalidad' que deriva de la 'falta de integración'. Y ésta 'es cosa de dos: el que llega y el que recibe'.

'Al examinar los aspectos cualitativos de la delincuencia en la Comunidad de Madrid durante 2001 resulta inevitable referirse a la incidencia del factor extranjero', indica el fiscal. 'Y ello', puntualiza, 'ante lo reiterado de algunas afirmaciones que, en el intento de explicar las causas del gran aumento de delitos constatado [un 10,9% más que en el año 2000], señalan a la inmigración como causa determinante del mismo, llegando a identificar inmigrante con delincuente'. Algo que, a juicio del fiscal, efectivamente ha hecho, de forma reiterada en los últimos meses el Ministerio del Interior.

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El fiscal madrileño cree que 'se confunden factores' cuando se incluye entre los inmigrantes a los que él llama 'profesionales del crimen': 'grupos organizados que operan circunstancialmente en España, sin vocación alguna de permanencia', y algunos de cuyos miembros son ciudadanos españoles. Pero es que, además, 'se generaliza intolerablemente', dice Fernández Bermejo, cuando se culpa a todo el colectivo de extranjeros por los delitos cometidos por 'una pequeña parte'.

'Resulta obvio que lo que provoca el delito, sobre todo el atentado al patrimonio [causa del 80% de las denuncias registradas en 2001], es el estado carencial (de cultura, de dinero, de relaciones sociales, de integración, en definitiva). Y esa falta de integración es cosa de dos: el que llega y el que recibe', sentencia el representante del ministerio público.

En Madrid se cometieron el año pasado 97 homicidios o asesinatos (el triple que en 2000); en el 48% de los casos agresor y víctima eran españoles, y en el 34%, ambos eran extranjeros. De los 81 autores de los crímenes, 41 eran españoles, 28 extranjeros y 12 de nacionalidad desconocida.

Las causas penales abiertas han pasado de 510.940 en el año 2000 a 566.811 sólo doce meses después (un 10,9% más). El 80% de las denuncias lo fueron por infracciones contra el patrimonio, fundamentalmente hurtos, y otro 8% se debió a delitos contra las personas. Hubo 6.178 denuncias por violencia doméstica, y nueve mujeres muertas por esta causa.

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