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Un testigo ofrece a la policía británica la primera pista sobre las niñas desaparecidas

El sospechoso es un conductor que fue visto forcejear con dos menores en su coche

La policía británica sigue la pista de un conductor en el caso de la desaparición el pasado día 4 de Jessica Chapman y Holly Wells, ambas de 10 años. Esa misma tarde, un taxista vio a un hombre forcejear en su vehículo con dos menores, cuya descripción coincide con las dos amigas. Otra línea de investigación se centra en los 266 pederastas convictos que tienen su residencia registrada en la región de Cambridge y que están siendo interrogados. Mientras, los padres de Jessica y Holly intervinieron anoche en un programa de televisión en el que suplicaron que les devuelvan a las pequeñas.

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El conductor llamó ese domingo la atención del taxista por los volantazos y virajes bruscos que daba su automóvil, de color verde oscuro metálico. Siguió su recorrido durante unos ocho minutos, desde una gasolinera de Soham, el pueblo del condado de Cambridgeshire donde residen ambas familias y de donde desaparecieron las pequeñas, hasta la bifurcación de Newmarket, situada a pocos kilómetros de distancia. El tipo al volante llegó incluso a 'sacudir' sus brazos como si estuviera forcejeando con sus pasajeros, dos pequeños que el testigo no pudo identificar. Uno viajaba en el asiento del copiloto y el segundo, de melena castaña, que la policía relaciona con Jessica, en la parte trasera del coche.

'Creo que es una importante vía de investigación. Confío en que nos aporte pistas', dijo ayer el detective encargado del caso, Andy Hebb. El vehículo se excedió en algunos momentos de la velocidad permitida y es posible que fuera registrado en las cámaras policiales o de circuito cerrado que cubren este tramo de carretera regional. Un coche del mismo tamaño y color fue visto también por otros testigos circulando por las calles de Soham.

De acuerdo con el taxista, el sospechoso es blanco, de entre 38 y 45 años, y de tez oscura o bronceada por el sol. La pista es quizá vaga, pero es la primera de importancia en la que trabaja el equipo investigador. Ayer, los detectives se trasladaron a la zona de Newmarket, famosa por sus establos de caballos de carreras, y en concreto al área residencial y parque industrial adonde, al parecer, se dirigió el vehículo sospechoso.

Mientras, una de las prioridades de los investigadores son los 266 pederastas convictos que tienen su residencia registrada en la región de Cambridge y cuyos movimientos de hace dos domingos están siendo investigados por la policía. Concluida esta partida de presuntos sospechosos, los interrogatorios se extenderán a pederastas conocidos de las regiones vecinas y, de ser necesario, a los 18.500 cuyos datos aparecen en el registro oficial. La policía no descarta que ambas amigas estén retenidas por alguien a quien conocen. Se maneja también la hipótesis de que salieran de casa de Jessica en respuesta a alguna conversación mantenida quizá en la media hora en que estuvieron conectadas a Internet, justo antes de su desaparición. No sería la primera vez que un pederasta se gana la amistad de menores de edad en los chat. Por lo general, simulan tener menos años para descubrir un tema de interés de su víctima que sirva para atraerla a un encuentro cara a cara.

Jessica y Holly habían escuchado en numerosas ocasiones que no debían hablar con extraños ni aceptar golosinas de personas desconocidas. Por eso, también sus padres temen que algún conocido, incluso algún familiar, puede estar relacionado con sus desaparición. 'Es un escenario que hemos discutido con la policía. ¿Cómo alguien ha podido forzarles a subir a un vehículo sin montar un gran escándalo?. La respuesta obvia es que una de ellas conocía a esa tercera persona', declaró anoche Leslie Chapman, el padre de Jessica.

'Devuelva a las pequeñas'

Mientras continúan las investigaciones, los matrimonios Chapman y Wells pidieron la devolución de sus hijas en un programa retransmitido anoche por la televisión comercial británica. 'Devuelva a las pequeñas. Déjelas en algún sitio seguro... Nunca es demasiado tarde. Sólo deseo que vuelvan a casa', suplicó la madre de Jessica, Sharon Chapman, de 43 años. Desaparecer de casa no encaja en el carácter de ambas pequeñas y sus familiares sospecharon muy pronto que alguien se las había llevado a la fuerza o con algún engaño. Antes de salir de casa el último día que las vieron, explicaron las dos parejas, las niñas se cambiaron las bermudas por pantalones largos y se pusieron dos camisetas rojas idénticas del Manchester United, su equipo favorito. Jessica cogió su teléfono móvil pero en ningún momento se puso en contacto con su familia. Al describir su angustia, su madre dijo: 'Llamo a su teléfono cada mañana y cada noche. Pero no sé ni siquiera si está encendido' .

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