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Reportaje:

Los diputados 'sabueso'

Cinco diputados superan las 800 iniciativas parlamentarias; otros aún no se han estrenado en esta legislatura

Un puñado de diputados de la oposición deben de aparecer en las peores pesadillas de algunos consejeros del Gobierno catalán, por lo menos por su tenacidad en fiscalizar su trabajo. Cinco diputados -de Esquerra Republicana (ERC) y de Iniciativa per Catalunya Verds (ICV), los dos grupos menores de la oposición- han registrado en lo que va de legislatura más de 800 iniciativas en el Parlament, mientras que algunos parlamentarios, militantes de Unió Democràtica (UDC), todavía no se han estrenado. La clasificación de productividad lo encabeza, con mucha diferencia, el independentista Joan Ridao, cuya frenética actividad incomoda a menudo a no pocos parlamentarios, incluso de su propio partido.

La reciente informatización de toda la actividad parlamentaria facilita desde la web de la Cámara (www.parlament-cat.es) el control sobre el trabajo de cada diputado. Como es lógico, los parlamentarios adscritos a los grupos pequeños firman un número de iniciativas muy superior al de los que pertenecen a grupos mayores, y esto explica que la lista esté copada por miembros de ERC (12 escaños) e ICV (5 escaños). Además, los grupos de la oposición siempre registran más iniciativas parlamentarias que los que apoyan al Ejecutivo ya que la acción del Gobierno limita a éstos la capacidad de generar propuestas y les concede un margen de maniobra muy reducido en la función de control.

La clasificación incluye proposiciones no de ley, preguntas al Ejecutivo -orales y por escrito-, resoluciones, mociones e interpelaciones y sólo se ha tenido en cuenta a los diputados que han estado como mínimo un año sin responsabilidades de Gobierno. En la mayoría de grupos el portavoz pone también su firma en la mayor parte de iniciativas, lo que puede desvirtuar los resultados, aunque las preguntas -la fórmula más utilizada para controlar al Gobierno- son personales e intransferibles de cada diputado.

Los resultados muestran que el gran martillo del Ejecutivo catalán en lo que va de legislatura es Joan Ridao. Él solo ha registrado 1.535 iniciativas desde noviembre de 1999, cuando se abrió la sexta legislatura. Le siguen sus correligionarios Josep Bargalló (975) y Josep Huguet (898), portavoz parlamentario de ERC; y los diputados de Iniciativa per Catalunya Verds (ICV) Dolors Comas (846) y José Luis López Bulla (817).

El diputado más combativo del Partido Popular (PP), formación que cuenta con 12 diputados, es Daniel Sirera, que ocupa el séptimo lugar con 747 iniciativas, mientras que el primer socialista ocupa el 13º puesto, con 638. Se trata de Joan Roma, un diputado discreto que realiza una labor de hormiga en la comisión de Política Territorial, una de las que tiene más actividad.

El primer diputado de Convergència i Unió (CiU) es su portavoz, Ramon Camp, que añade su rúbrica a todas las iniciativas de los parlamentarios de su grupo, salvo en las preguntas. Camp consta en 100 iniciativas, lo que le sitúa en el puesto número 65 de un total de 149 diputados que han ocupado un escaño en lo que va de legislatura.

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El portavoz nacionalista subraya que la productividad de los miembros de la Cámara no puede medirse en ningún caso en función de las iniciativas presentadas. 'Nuestro grupo tiene formalmente menos trabajo, pero en la práctica trabajamos todas las iniciativas, y lo que se aprueba suelen ser los textos que nosotros proponemos', asegura. En su opinión, el cálculo de las iniciativas presentadas no sólo es poco explicativo del trabajo real, sino que a su juicio es 'contraproducente'. 'Parece como si hubiera una competición entre algunos diputados, y la hiperactividad de algunos se explica más para engrosar estadísticas personales que por necesidad real'.

Donde con toda seguridad no existe ninguna competición es en el grupo de CiU. Muy pocos diputados llegan a las 10 iniciativas presentadas y alguno ni siquiera se ha estrenado. Según el Sistema de Información de la Actividad Parlamentaria (SIAP), tres dirigentes de Unió Democràtica no han firmado ninguna iniciativa como diputados en esta legislatura: el líder del partido, Josep Antoni Duran -que en octubre abrió incluso una oficina parlamentaria en Les Corts-, el portavoz, Jordi Casas, y el senador Domènec Sesmilo.

El portavoz del grupo, Ramon Camp, minimiza este dato: 'Los diputados de CiU no tenemos necesidad de transmitir las demandas ciudadanas a través del Parlament porque podemos acudir directamente al Gobierno', explica. La única excepción entre los nacionalistas es Josep Rull, que acumula 57. 'Si te coordinas con el Gobierno, las iniciativas parlamentarias del grupo que lo apoya pueden ser especialmente útiles para personalizar el trabajo de un diputado en su territorio', explica.

Con todos los reparos que pueda hacerse a la clasificación, los diputados que han puesto en aprietos al Gobierno catalán en más ocasiones ocupan también las mejores posiciones en la lista de productividad. La insistencia de Ridao en poner luz al entramado de asesores del Ejecutivo provocó en su día un considerable revuelo cuando difundió una lista con nombres, apellidos y sueldos, y su empeño por conocer todas las recolocaciones le han llevado a pedir amparo ante el Tribunal Constitucional.

Huguet ha denunciado en varias ocasiones las relaciones de empresas de hijos de Jordi Pujol con el Departamento de Industria, del que es secretario general otro hijo de Pujol, en lo que ha coincidido a menudo con López Bulla, quien ha puesto al Departamento de Industria en su punto de mira. Sirera quiso esclarecer la privatización del portal de Internet Olé, aunque su grupo al final impidió crear una comisión de investigación.

Alud de preguntas

La rigidez del reglamento del Parlament, cuya reforma estuvo a punto de materializarse en 1999, hace que en Cataluña sea especialmente difícil el control sobre el Ejecutivo. Ante esta situación, y a la espera de la reforma que no acaba de llegar, las preguntas por escrito se han convertido en el gran instrumento utilizado por la oposición de izquierdas y el Partido Popular (PP) para fiscalizar al Gobierno de Jordi Pujol. El número de preguntas presentadas no ha dejado de crecer legislatura tras legislatura, con la única excepción de la cuarta (1992-1995), que fue no obstante más corta que el resto porque Jordi Pujol anticipó las elecciones. En la primera legislatura (1980-1984) sólo se presentaron 706 preguntas por escrito, una cifra casi irrisoria si se compara con las 13.612 que se registraron en la quinta (1995-1999). Si prosigue el ritmo actual, el número de preguntas por escrito de esta legislatura superará muy probablemente la anterior porque hasta ahora se han presentado 11.094 y en principio todavía queda más de un año para que concluya. Para evitar que el Gobierno eluda responder a las preguntas, los grupos aprobaron una moción que le impone un plazo para hacerlo, pero desde entonces ha disminuido la calidad de las respuestas. El Ejecutivo se escuda en que no dispone de medios para responder con celeridad al alud de preguntas, pero lo cierto es que últimamente ha contestado de forma genérica no sólo a interpelaciones comprometidas, sino también a cuestiones que siempre había facilitado, como las subvenciones de los departamentos.

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