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El jefe paramilitar de Colombia disuelve su organización nacional

Castaño se concentrará en su grupo regional para ganar respetabilidad ante Washington

El jefe paramilitar Carlos Castaño, de 41 años, ha decidido disolver la organización Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), con la que pretendió convertirse en una fuerza de implantación nacional, para concentrarse sólo en las regionales de Córdoba y Urabá. Con esta decisión, que no supone la desaparición de los paramilitares, Castaño trata de distanciarse de los abusos cometidos y ganar cierta respetabilidad interna y externa.

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'Carlos Castaño teme enfrentarse al Estado y a EE UU, aunque ha alcanzado acuerdos con ellos por debajo de la mesa', afirma León Valencia, ex guerrillero y analista político. Ésa es, a su juicio, la razón de la disolución de la organización nacional para concentrarse en la dirección de las autodefensas que controla directamente en Córdoba y Urabá Accu.

Para Valencia, éste es el desenlance de una larga crisis iniciada el año pasado con la ofensiva del Estado colombiano contra esta organización contraguerrillera, considerada la principal responsable de la violación de los derechos humanos en el país. El primer paso en su afán por ganar espacio político y respetabilidad lo dio Castaño en junio de 2001, al retirarse como jefe militar, pasando a ser uno de sus dos jefes políticos.

El 10 de septiembre, EE UU incluyó las AUC en su lista de grupos terroristas junto a las guerrillas del Ejército de Liberación Nacional (ELN) y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). Tras el 11-S, la situación se complicó mucho para ellos, dice Valencia, y por eso 'Castaño se plegó a la presión'.

Después, estallaron las disensiones internas. Castaño arremetió contra las actividades de algunos frentes de la AUC, acusándolos de mantener vínculos con el narcotráfico. El secuestro, esta semana, de un empresario venezolano por un frente paramilitar precipitó la ruptura, confirmando un secreto a voces: Castaño había perdido el control de su organización.

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'Caímos en lo mismo de la guerrilla; los métodos poco nos diferencian. Lo que hay ahora es narcoautodefensa', se quejó Castaño en uno de sus últimos comunicados. 'El mensaje que quiere enviar Castaño al Gobierno de Álvaro Uribe, a Estados Unidos y a Europa es que con su grupo sí se puede negociar. (...) Trata de legitimar su fuerza pues la presión de Estados Unidos es muy fuerte', recalca Valencia. Este especialista considera que la creación de la nueva Corte Penal Internacional (CPI) es otro elemento que pesa en la decisión del jefe paramilitar. 'Él necesita una fuerza unificada que cumpla sus órdenes y no caiga en desmanes y delitos de lesa humanidad'.

Castaño controla el 50% de las autodefensas del país, que estaban divididas en 12 bloques con un total de más de 15.000 hombres.

El analista consultado por EL PAÍS es pesimista sobre el futuro: 'Se generará una violencia descontrolada; los paramilitares actuarán sin Dios ni ley como grupos locales; unos estarán más vinculados a la justicia privada; otros, como las AUC de Castaño, adoptarán un perfil más político'.

Ayer se conoció la intención de Estados Unidos de pedir la extradición de Hernán Giraldo, jefe paramilitar de la región Caribe, señalado como el nuevo capo de la droga. Castaño había conminado a Giraldo a abandonar ese negocio como condición para continuar en las AUC. A finales de 2001, estalló una guerra civil paramilitar que dejó más de 70 muertos y forzó a Giraldo a firmar la paz con el Estado Mayor de las AUC. Vicente Castaño, hermano de Carlos, está también en el punto de mira de EE UU.

Miembros de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), durante un entrenamiento en el norte del país.
Miembros de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), durante un entrenamiento en el norte del país.REUTERS

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