_
_
_
_
_

Un conservador releva al cardenal Martini como arzobispo de Milán

La diócesis de Milán, una de las más grandes de Europa, será gobernada a partir de septiembre por el cardenal Dionigi Tettamanzi, que sustituirá al cardenal Carlo Maria Martini, que en febrero presentó su renuncia al cumplir los 75 años. Martini, jesuita y una de las figuras más sobresalientes y liberales de la Iglesia europea, será sustituido, paradójicamente, por uno de sus grandes adversarios ideológicos.En el Sínodo de Obispos europeos celebrado en el Vaticano hace tres años, Tettamanzi, de 68 años, declaró sin ambages que la posición del cardenal Martini, favorable a la convocatoria de un concilio para abordar cuestiones como la mayor colegialidad en la toma de decisiones y la incorporación de las mujeres al sacerdocio, había tenido 'escaso eco'.

Más información
El cardenal Carlo Maria Martini se retira
Un concilio para el siglo XXI

El nombramiento de Tettamanzi, actual arzobispo de Génova, era un secreto a voces en el Vaticano, pese a que comporta un desplazamiento de cargos, poco habitual en la Iglesia ya que rara vez se cambia de una diócesis a otra a un obispo. Tettamanzi, considerado como un claro papable, representa la línea tradicional de la curia, obediente al cien por cien al Papa y a su equipo de colaboradores.

El cardenal jesuita

El nuevo arzobispo de Milán, ordenado sacerdote en 1957, no posee una biografía particularmente brillante, aunque la noticia de su nombramiento, aparecida ayer en el boletín de la Santa Sede, habla en términos desusadamente elogiosos de sus dotes magistrales. 'La enseñanza teológica y moral del cardenal Dionigi Tettamanzi llama la atención por la limpieza y profundidad de su pensamiento, la simplicidad de la exposición, siempre incisiva, la fidelidad gozosa y convencida al Magisterio de la Iglesia', señala.

El cardenal Martini no hizo declaraciones respecto a la persona de su sustituto y ha anunciado ya su deseo de trasladarse a Jerusalén para continuar los estudios bíblicos a los que ha dedicado buena parte de su vida. Aún así, el cardenal, del que se dice que ha llegado a comprar una tumba en el valle de Josafat, permanecerá en Tierra Santa sólo durante algunos periodos, ya que piensa fijar su residencia estable en Ariccia, en una casa para ejercicios espirituales que posee la Compañía de Jesús en las afueras de Roma.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_