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THE ECONOMIST | REVISTA DE PRENSA
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

No culpemos al tiempo

El hambre es el estado natural de la humanidad, pero afortunadamente la humanidad se está apartando de la naturaleza. Aunque la población del mundo se ha sextuplicado en los dos últimos siglos, la producción de alimentos ha crecido más rápidamente. El aumento de la tecnología y su mejor aplicación (...) ha permitido a los agricultores sacar mayor provecho de cada hectárea. Las innovaciones futuras, incluidas las modificaciones genéticas (...) deberían mantener las despensas del planeta bien abastecidas. Pero según la cumbre de la Alimentación de la ONU no hay motivos para la satisfacción. El número absoluto de población desnutrida está bajando (...), pero todavía quedan ochocientos millones de personas hambrientas. (...) El mal clima provoca el hambre pero también lo hacen los malos Gobiernos. (...) Los 25 países peor nutridos del planeta están todos mal gobernados (...). Poco puede hacerse con respecto al clima, al menos a corto plazo, pero las políticas sí pueden cambiar. (...) En Congo oriental nadie quiere tener ganado, porque lo roban soldados indeseables. Incluso en países pobres que no están en guerra la posesión de tierra es a menudo insegura. (...) La cumbre de la ONU ha hecho un llamamiento (...) para que haya más ayudas. Pero el mayor favor que los ricos pueden hacer a los pobres sería dar menos ayuda a sus propios agricultores. (...) Además, la mayoría de los subsidios del mundo rico va a parar a los agricultores más ricos, muchos de ellos millonarios. Ellos, por supuesto, no pasarán hambre.

Londres, 14 de junio

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