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El etarra fugado en Valencia tiene pendiente una condena de 17 años

Iñigo Vallejo quemó un autobús e hirió gravemente a su conductor

El etarra huido en Algemesí (Valencia) el pasado lunes tras la detención de Aitzol Maurtua fue identificado ayer por la policía como Iñigo Vallejo Franco, de 25 años. El activista ha sido ya condenado a 17 años de cárcel por delitos de terrorismo y lesiones cometidos en la kale borroka (violencia callejera), razón por la que huyó a Francia en junio de 2000. Es la segunda vez en los últimos siete meses -la primera fue en Pamplona el pasado mes de noviembre- que Vallejo logra fugarse de una operación de la policía. Fuentes de la investigación consideran que el etarra ya no se encuentra en la Comunidad Valenciana.

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Tema:: La ofensiva terrorista
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Participación:: La opinión de los lectores

Íñigo Vallejo Franco tuvo más de dos horas para escapar de Algemesí. Ése es el tiempo que, según fuentes de la investigación, tardó en ponerse en marcha el operativo policial de control de carreteras y estaciones de tren y autobuses. Vallejo, que en noviembre pasado consiguió eludir un cerco policial en Pamplona, contó esta vez con un tiempo muerto que ayer hacía pensar a los investigación que ya no se encontraba en la Comunidad Valenciana.

Los etarras Aitzol Maurtua e Iñigo Vallejo formaban el primer comando de avanzadilla que ETA había enviado a Valencia para recopilar información de objetivos para la campaña de verano contra intereses turísticos españoles. Según la agencia Vasco Press, los dos etarras pasaron la frontera el pasado día 4 y permanecieron dos días en Cataluña. Una de estas noches durmieron en su automóvil, un Renault 19 robado en Francia y cuya matrícula doblada coincidía con la de un Seat 127, lo que originó su detención. La segunda pernoctaron en un hotel. Después se desplazaron al hostal Mira Mar de Algemesí, en el que se hospedaron desde el jueves hasta el domingo.

El conserje del establecimiento hotelero relató ayer que los jóvenes ocuparon la habitación 216, con vistas al mar, y que actuaron como turistas: 'Desayunaban aquí, aparentemente iban a la playa, regresaban al mediodía o después de comer y poco más. No hubo en ellos ningún detalle sospechoso. Tal vez lo único es que en el momento de registrarse [como Richard Javier Sanderson], al pedirles que cumplimentaran unos datos de identificación, hablaron entre ellos en voz muy baja y contestaban con monosílabos. Pero nada más. Pagaron en efectivo 150 euros por adelantado las tres noches'.

La investigación se centra en saber dónde pasaron la noche del domingo y si tenían algún tipo de contacto en la localidad de Algemesí o en alguna otra próxima. Según fuentes policiales, los dos etarras se movieron en esta localidad y estuvieron en algún otro municipio de la zona. Su objetivo sería 'atentar en alguno de los municipios más populosos y turísticos', además de buscar pisos y apartamentos como futura infraestructura en la Comunidad Valenciana.

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Agentes de paisano distribuyeron ayer por inmobiliarias, tiendas, centro de salud, supermercados y domicilios particulares de Algemesí las fotografías del detenido y del escapado en busca de pistas. La operación se repitió entre taxistas de Algemesí y Alzira así como en la estación de Renfe y de autobuses de Valencia. Sin embargo, la hipótesis más implantada entre los investigadores es la de que Vallejo huyó en otro coche con el que contaban los etarras.

Natural de Basauri, Íñigo Vallejo también se inició en la kale borroka como activista. Implicado en la quema de un autobús en Basauri (Vizcaya) en 1996, en la que resultó gravemente herido su conductor, Vallejo, que ha sido encarcelado y puesto en libertad bajo fianza por otros actos de violencia callejera, huyó definitivamente en junio de 2000 al conocer la sentencia de 17 años de cárcel por este atentado.

En noviembre de 2001, protagonizó una espectacular fuga en Pamplona. Después de un tiroteo en plena calle, robó un coche y retuvo a su propietaria como rehén durante 20 kilómetros. Cuatro días después, un pastor denunció a la policía que había visto en los montes de Irurtzun (Navarra) a un joven aterido de frío y lleno de barro.

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