Cuando la ciudad se iluminaba a la luz de un farol
Una exposición interactiva conmemora los 150 años de la instalación de la red eléctrica en la capital
¿Se imaginan tener que cocinar con leña, iluminarse con velas y no tener lavadora ni ningún otro de esos electrodomésticos que nos hacen la vida tan fácil?
Los visitantes de la exposición que Unión Fenosa ha organizado en el paseo del Prado para conmemorar los 150 años de la llegada de la luz eléctrica a Madrid podrán recordar la época en la que la capital se iluminaba sólo con la luz de los faroles.
La muestra, llamada Enciende la luz de Madrid, recrea seis ambientes que repasan otros tantos momentos históricos, donde un grupo de actores interpreta escenas claves de la historia de la luz eléctrica. Los intérpretes dialogan continuamente con el público, al que conducen de una sala a otra de la muestra.
En Madrid hay 20.000 kilómetros de líneas eléctricas, lo que equivale a dar dos veces la vuelta a la Luna
La primera recreación, titulada, La luz, mucho más de lo que crees, expone las mil aplicaciones de la energía eléctrica: el agua corriente y la llegada del metro son sólo algunos ejemplos. El segundo de los ambientes, Siglo XIX, imita una calle de la capital con edificios de época. En esta sala, el público asiste a la queja de un sereno que enciende una a una las pequeñas farolillas del alumbrado público. '¿Cuándo inventarán algo que prenda todos los faroles a la vez?', pregunta el actor al público.
La cuestión tiene una rápida respuesta. Al pasar al tercer ambiente de la exposición, un chico de la prensa reparte al público, a la voz de '¡Extra!', la réplica de un ejemplar de La Nación del 30 de enero de 1852. Este periódico recoge en portada la primera exhibición de luz eléctrica efectuada en el tejado de la Armería del Palacio Real.
'Luces eléctricas. Son de buen efecto las colocadas en la plaza de la Armería y el Congreso de los Diputados. Esta luz es producida por medio de una pila galvánica', reza la portada del periódico. Al mismo tiempo, en una pantalla se ven imágenes de decenas de madrileños que se concentran en el Palacio Real para celebrar la llegada del ingenio y el nacimiento de la hija de Isabel II.
Pero la luz tenía todavía carácter experimental y tuvieron que pasar 30 años para que se realizaran las primeras instalaciones comerciales. Tras la visita a un pasado no muy lejano, el público continúa el recorrido entrando en una réplica de un vagón de metro donde los figurantes hablan por el móvil, escuchan música y envían mensajes desde un ordenador pórtatil a través de Internet, uno de los últimos avances que ha permitido la existencia de la luz.
La última de las salas, Inventos, recoge un grupo de ingenios e incluye documentos originales de contratos, correspondencia y presupuestos de Unión Eléctrica Madrileña (origen de la actual Unión Fenosa) de 1913 a 1935, un teléfono manual, trepadores de postes y un gato mecánico de elevación. Entre las antiguas facturas de la luz se conserva una a nombre de un empresario llamado Vicente Patuel. 'Se le concede la luz para su teatro', reza la factura.
En esta última sala, Juan Luis López Cardenete, director general de Redes y Comercialización de Unión Fenosa, recordó ayer al recientemente fallecido presidente de la compañía, Victoriano Reinoso. 'Él debería estar aquí para inaugurar la exposición', declaró.
El directivo comentó que el consumo medio de electricidad de un madrileño es de 0,67 euros al día. 'Algo menos de lo que cuesta una barra de pan y dos tercios de lo que cuesta un periódico', matizó. López contó también que Torre Picasso 'consume más energía eléctrica que la ciudad de Segovia'.
Unión Fenosa tiene sus raíces en la capital. Fue fundada en 1889. De las primeras pruebas, en el Palacio Real, la compañía ha pasado a tener 20.000 kilómetros de líneas eléctricas en la ciudad, lo que equivale a dar dos veces la vuelta a la Luna y dar servicio a más de 100.000 familias. Hoy, Unión Fenosa invierte en Madrid la misma energía que servía a todo el país en 1960.
El recorrido por Enciende la luz de Madrid se realizará en grupos de 30 personas y tendrá media hora de duración. Cada una de las zonas de paso dura unos cinco minutos. Se organizarán también visitas guiadas para colegios, centros de mayores y asociaciones culturales.
La exposición ocupa un espacio de 700 metros cuadrados entre las plazas de Cibeles y Neptuno, y puede ser visitada, de manera gratuita, hasta el 9 de junio, de 10.00 a 14.00 y de 17.00 a 20.00. La muestra tiene un presupuesto de 300.506 euros y en ella participan el Ayuntamiento y el Gobierno regional.
Cara y cruz
La exposición Enciende la luz de Madrid muestra en una de sus salas, montadas en pleno paseo del Prado, las dos caras de una misma cocina. Una sin luz eléctrica y otra con ella.
La primera conserva aún un fogón de leña, y la segunda está equipada con los más modernos electrodomésticos. Ambas están colocadas de forma simétrica, con lo que la comparación salta a la vista. En la primera, dos actores que representan a un matrimonio del siglo XIX, antes de la llegada de la luz eléctrica, mantienen la siguiente conversación:
'Tengo mucha hambre. Quiero comer ya', le dice el marido a su mujer. 'No tengas tanta prisa que la leña está húmeda', le replica con tristeza la esposa.
A la derecha, una pareja del siglo XXI habla sobre las labores domésticas. El que cocina en esta ocasión es el marido. Su mujer está sentada, esperando que él le sirva la cena.
'No sé qué haríamos sin vitrocerámica y microondas', dice ella. 'No sé qué haría yo', le contesta el marido. 'Porque soy el único que cocina en esta casa'.
En un momento de la representación, el actor se vuelve hacia el público y pregunta a los presentes si han venido a cenar. 'Si lo llego a saber les preparo algo. ¿Por qué no me has dicho que venían invitados?', le comenta a su esposa. Ésta se disculpa tímidamente.
La representación, como indican los propios responsables de la organización, quiere dejar claro que los tiempos han cambiado.
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