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Los March Cencillo ofrecen la biblioteca de Medinaceli para pagar unos impuestos

La familia negocia con el Gobierno balear una deuda de unos 12 millones de euros

La familia March Cencillo negocia con el Gobierno de Baleares el pago de los impuestos de la herencia de su padre, el mecenas Bartolomé March Servera, mediante la entrega de su biblioteca, uno de los bienes monumentales bibliográficos privados más destacados de España, que está ubicada en Madrid. En la pretendida operación fiscal por pago a Hacienda de los impuestos de sucesión y donación, los March Cencillo ofrecen integrar 17.000 volúmenes de Medinaceli en la actual biblioteca y futuro museo público del palacio de la Fundación Bartolomé March.

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El valor del conjunto de libros ofertado por intercambio fiscal alcanza los 12 millones de euros y abarca desde códices y breviarios de horas del siglo XV, incunables de Cervantes, manuscritos de Góngora y Quevedo, hasta libros de arte de Matisse.

Expertos de patrimonio bibliográfico de la Biblioteca Nacional, a petición del Gobierno de Baleares, están valorando la cuantía y el valor real de los bienes bibliográficos propuestos en el intercambio. La colección de libros de Bartolomé March no figura en el catálogo de Bienes de Interés Cultural de la Comunidad de Madrid.

El Ejecutivo balear, escaso de financiación, pondera la conveniencia de percibir o no en dinero líquido una parte de la cuota fiscal pendiente. También debate el Gobierno autonómico la oportunidad de asumir una vasta serie de joyas bibliográficas humanísticas, científicas y literarias españolas, que cree que no encajan estrictamente en sus centros documentales, que en breve serán asumidos por la isla de Mallorca. El 80% del fondo March son libros antiguos, de bibliófilo, con encuadernaciones artísticas, raros, así como incunables, archivos de familias nobles y ediciones príncipe.

Importante herencia

La herencia March Servera, por la que se tributará un 34% de la masa patrimonial, es la mayor liquidada en 30 años en Baleares. La valoración inicial presentada por los March Cencillo, posterior a la liquidación provisional de la fortuna, ronda los 40 millones de euros. La cifra, que no se ha revelado al detalle, pero se deduce por la cuota asignada, oscila entre 10 y los 12 millones de euros. Los representantes de la ex esposa y los tres hijos, algunos nietos y la viuda del coleccionista y mecenas, han sido los sujetos de la negociación tributaria. La viuda ha liquidado sus impuestos en metálico.

Bartolomé March Servera, tío de los gestores del imperio financiero March, que dirigen su propia Fundación Juan March, tenía residencia fiscal y domicilio habitual en Mallorca, pero desde mitades del siglo XX pasó largas temporadas en París y Bahamas. La Consejería de Hacienda de Baleares no cree que pueda existir un litigio tributario con la Comunidad de Madrid, ni tampoco supone que el eventual traslado de Madrid a Mallorca de la gran biblioteca provoque tensiones bilaterales si finalmente se acepta el pacto planteado por los herederos.

La mayor parte de los 17.000 volúmenes de fondos bibliográficos de Medinaceli y Gor está depositada en un pabellón exclusivo en el jardín del palacio familiar de la calle Miguel Ángel de Madrid. Durante 30 años, el fallecido fue uno de los primeros bibliófilos del mundo y las pujas que dirigía a través de casas de subastas y en centros de coleccionistas eran célebres. En 1970 comenzó una intensa tarea de mecenazgo cultural en Mallorca. Escultores y pintores contemporáneos pintaron y trabajaron en sus mansiones.

La reseña de la valoración familiar facilitada de la biblioteca Medinaceli cita elementos singulares o excepcionales: un manuscrito en lengua romance Fuero juzgo; el Libro de montería de Alfonso XI, uno de los libros de horas Heures 106 (soberbio manuscrito de Francia). También, ediciones príncipe de La Celestina; Roma, de fray de Gil; manuscritos contemporáneos de Pío Baroja, El mar; Gregorio Marañón, Antonio Pérez; escritos y notas de Francisco de Quevedo y Luis de Góngora. Los libros de arte eran otra pasión de March Servera: entre las piezas se anota un Florilege des amours de Ronsard, de Henry Matisse, y Los ojos de Picasso, de Rafael Alberti.

La operación de traslado de la biblioteca privada de Bartolomé March de Madrid a Palma ya comenzó en vida del coleccionista desaparecido. Unos 4.000 volúmenes del fondo Medinaceli y Gor están ya en Mallorca, porque a mediados de la década de los noventa March anunció la donación de su biblioteca madrileña a la fundación de Palma, pero no firmó la entrega ni constaba en el testamento. Estos bienes entonces no integrados ni catalogados en Palma ahora se computan para el supuesto de pagos de impuestos.

El director de la Fundación Bartolomé March de Palma, el editor Basilio Baltasar, proyecta crear en el palacio March un centro de difusión del patrimonio bibliográfico, ampliando los servicios públicos de la actual biblioteca. Se exhibirán las esculturas de la colección del palacio de Cala Rajada en los jardínes de Palma y se abrirá un museo del libro y un auditorio para música de cámara.

Si el Gobierno de Baleares accede a la propuesta, Baltasar tiene dispuesta ya una nueva gran sala del palacio para acomodar los fondos de Madrid. La fundación asumiría la gestión global de las dos bibliotecas formadas por su fundador en un centro integrado: la actual de temas baleares y la de Medinaceli.

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