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Una enfermedad fronteriza

El Trastorno Límite de Personalidad (TLP) comenzó a definirse en Estados Unidos, Escandinavia y Reino Unido. Se trata de una enfermedad fronteriza entre la neurosis y la esquizofrenia; una ubicación compleja que explica su difícil diagnóstico. En España todavía no se ha extendido plenamente su conocimiento, lo que explica el retraso de un diagnóstico correcto.

Sus síntomas aparecen en el cuarto manual de desórdenes mentales de la Asociación de Psicología Americana (APA). Al menos cinco de los siguientes síntomas tienen que aparecer para un diagnóstico de TLP:

Sentimiento crónico de vacío. Ira inapropiada e intensa. Episodios psicóticos transitorios con fantasías paranoides. Esfuerzos frenéticos para evitar un abandono real o imaginado. Relaciones interpersonales inestables. Alteración de la identidad. Impulsividad potencialmente dañina para sí mismo con abuso de los gastos, el sexo, el alcohol, drogas, y conducción temeraria. Atracones de comida. Intentos o amenazas de automutilación o suicidio. Inestabilidad emocional con alternancia entre depresión y euforia. Irritabilidad y ansiedad prolongadas.

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Al límite de la personalidad

En España no existe una estadística ponderada sobre el número de casos. Las asociaciones de familiares de enfermos calculan que los afectados (en sus diversos grados) pueden llegar hasta un máximo del 2% de la población, lo que supondría más de 800.000 entre jóvenes y adultos. Los expertos subrayan que esta cifra es estimativa y que se desconoce la extensión real de esta enfermedad.

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