Una barriada marginal, refugio de redes de narcotraficantes
El edificio donde en la tarde de ayer se registró un múltiple tiroteo que acabó con la vida de tres hermanos del clan gitano de Los Capito está ubicado en uno de los enclaves más conflictivos de la ciudad de Alicante. El barrio, conocido popularmente como Las Mil Viviendas, se levantó en la década de los cincuenta y, desde entonces, ha acumulado históricamente los mayores índices de delincuencia de la capital alicantina. La zona ha sido reducto predilecto para las redes de narcotraficantes a pequeña escala y un conglomerado de delincuentes especializados en robos, hurtos y asaltos a viviendas.
Las continuas protestas de los vecinos del entorno obligaron a la Administración -el Ayuntamiento y la Consejería de Obras Públicas- a restaurar el barrio, mediante la demolición de los antiguos y casi inhabitables edificios, para sustituirlos por otros de nueva planta. El proyecto de restauración se ejecutó a mediados de los noventa, pero en la periferia del barrio quedó otra serie de viviendas en franco deterioro, de nuevo refugio de supuestos narcotraficantes. El elevado número de delitos que se registra en la zona conllevó también la creación de la Comisaría Norte, que se levantó en plena barriada.
Las tres muertes de ayer elevan a siete los asesinatos que se han registrado en la provincia de Alicante este año. La mayoría de la muertes violentas se han producido en la comarca de La Vega Baja, al sur de la Comunidad Valenciana. Esta zona y la ciudad de Alicante registraron en 2001 subidas de la delincuencia superiores al 30% en relación con el año anterior. Las cifras de delincuencia y la inseguridad ciudadana se han disparado en los últimos tiempos en la Comunidad Valenciana, lo que ha suscitado malestar en la población y ha generado una importante polémica política y un debate creciente en la opinión pública.
