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DEBATE DE LA SEGUNDA MODERNIZACIÓN
Columna
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Una buena idea de largo recorrido

Lo importante de la llamada Segunda Modernización de Andalucía es que es una buena idea, porque toda buena idea se puede convertir en un buen proyecto. Yo diría que es una buena idea que se está llenando, ya, de buenos proyectos. Y diría más: la Segunda Modernización va a ser el gran proyecto de la Andalucía de los próximos años.

Cuando Roosevelt le propuso a los americanos el New Deal, ni él mismo ni sus consejeros sabían bien qué significaba eso. Pero, como era una buena idea y un buen elemento dinamizador, lo fueron llenando de buenas propuestas y de proyectos solventes y de alternativas ilusionantes. Sobre la marcha, también, tuvieron que corregir y enmendar muchas medidas, pero salieron adelante. Al principio, el New Deal era sólo una buena idea, pero sirvió para reconstruir un país herido y para lanzarlo hacia el primado mundial.

Lo importante es la definición de la meta, la consciencia de saber a dónde se va. Ya se decidirán los pasos a dar.

Cuando De Gaulle dijo a los franceses que su política se iba a basar en la defensa de 'la grandeur de la France', no había nadie que supiera definir qué era eso. Pero todos los franceses supieron que tenían que sacar pecho y que estirarse, y que había que mirar a los ojos -y un poco desde arriba, si era posible- a los alemanes y a los ingleses, y que no había que permitir que nadie le tosiera a Francia en ningún campo ni área de actividad. La Francia de hoy sigue mamando de esa idea. Se lo creyeron, desarrollaron políticas adecuadas y cogieron una velocidad de crucero que siguen manteniendo, desarrollando un estilo de vida social y económica que continúan impulsando, sea cual sea el color del gobierno o del presidente de la República de turno. Dicho sea de paso, después de De Gaulle todos los presidentes han querido ser como De Gaulle.

Salvando las distancias, la Segunda Modernización de Andalucía es una idea de ésas. Es una idea que sirve para decir que ya se ha andado hacia adelante por un camino cierto -¡ya ha habido una Primera Modernización!- pero que no hay que conformarse y que es preciso redoblar el esfuerzo. Es una idea que sirve para identificar, a su servicio, a un subconjunto de ideas-fuerza o líneas estratégicas básicas -cohesión territorial, potenciación del sistema de ciudades, capacidad de innovación, defensa de lo público, etcétera- que han de servir de aglutinantes de las diversas políticas públicas a desarrollar en el futuro.

Es una idea y un leitmotiv, en fin, que puede servir para agrupar y movilizar a los ciudadanos en torno a unos valores -el civismo, la superación de las desigualdades, el trabajo bien hecho- y movilizar a la sociedad por la consecución de unas metas -la convergencia real con Europa, la explotación integral de nuestras posibilidades geoestratégicas, etcétera- que pueden convertirse en las bases ciertas para la construcción estable de un modelo de sociedad más justo y sostenible.

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La idea es buena. El proyecto se irá llenando de contenidos. Se trata de ir desarrollándolo, pero no hay que llenarlo en un momento y de una vez para siempre. Estamos ante una idea 'con recorrido'. En ese recorrido irán sumándose nuevas perspectivas, se producirán problemas todavía no identificados ni identificables e iremos concretando, entre otros muchos, errores, dificultades e imposibilidades. No pasará nada por eso. ¿Ha tenido previstas alguna vez, acaso, el mejor gobierno del mundo todas las acciones necesarias para conseguir sus objetivos? ¿Tuvo determinadas ningún gran hombre nunca, quizás, todas las iniciativas a poner en marcha para alcanzar sus ambiciones? No, sin duda. Porque lo importante es la definición de la meta, la consciencia de saber a dónde se va. Sabiendo eso, ya se elegirán los caminos y se decidirán los pasos a dar.

Iremos hablando de los contenidos de la Segunda Modernización de Andalucía. Por ahora, bueno es saber que podemos imponernos el reto de alcanzarla. Y que podemos tener las fuerzas para lograrla.

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