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Columna
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Palacios

El Círculo de Bellas Artes celebra el 75º aniversario de su edificio de la calle de Alcalá y lo celebra, lo celebramos todos, con una gran exposición sobre la obra de su arquitecto, Antonio Palacios, nacido en Porriño, Pontevedra, en 1847 y muerto en El Plantío, Madrid, en 1945.

Su nombre no es de los que más se recuerdan y, sin embargo, es el arquitecto del siglo XX que más contribuyó a crear la imagen actual de Madrid. Basta recordar que él fue, junto con Joaquín Otamendi, el constructor de la Casa de Correos de la plaza de Cibeles.

Palacios y Otamendi se presentaron en 1904 al concurso abierto para construir este edificio, que se inauguró en 1918. La gente empezó a llamarlo Nuestra Señora de las Comunicaciones, aunque hoy nadie se acuerda de este nombre. Pero hay que decir que el falso templo y, delante, la diosa Cibeles en su carro tirado por leones es la postal de la ciudad que más viajó por el mundo.

El edificio del Banco Español del Río de la Plata, hoy sede del Santander Central Hispano, en la esquina de las calles de Alcalá y de Barquillo, también es obra suya.

Hacia 1917 Palacios se convirtió en el arquitecto del metro de Madrid. Diseñó las bocas de muchas estaciones y el interior de las de Sol, Cuatro Caminos, Lavapiés, Progreso y otras. La de Sol es de una monumentalidad sólo alcanzada en el metro de Moscú.

Hizo también Palacios dos marquesinas de entrada al metro, ambas desaparecidas, una en la Puerta del Sol y otra que aún se echa de menos en la Red de San Luis.

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Construyó otros muchos edificios, no sólo en Madrid, sino también en Galicia. En la capital dejó también los talleres del ICAI y el hospital de Jornaleros de Maudes, cuya iglesia da a Raimundo Fernández Villaverde, así como varias casas de viviendas.

La torre de los estudios de Bellas Artes es el tercer vértice del triángulo que este airoso edificio forma con Correos y el banco. Sin Antonio Palacios, maestro de la arquitectura y el urbanismo, Madrid no sería Madrid.

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