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Reportaje:

Combatir lo absurdo con la risa

El dibujante Harca recopila en el libro 'La etapa negra' las mejores viñetas de su humor crítico y punzante

Harca! era una exclamación de combate con la que se anunciaba en la época foral un enfrentamiento entre dos bandos rivales, un grito de lucha que ha perdurado hasta hace pocas décadas en los juegos infantiles. Esa antigua voz forzada y levantada la ha hecho suya el dibujante de humor Juli Sanchis Aguado bajo el seudónimo de Harca. Sus viñetas contienen un chiste afilado, crítico y sarcástico. Su humor punzante, sin embargo, es serio porque denuncia aquella parte de la realidad que no le gusta, la intolerancia, las injusticias sociales y los abusos del poder.

La Associació Amics de Cristòfor Aguado de Picassent, municipio natal de Harca, acaba de editar un libro titulado La etapa negra, que recoge las principales fases artísticas del dibujante. Algunas de las viñetas del libro son inéditas, pero la mayoría ya han ocupado un espacio como género periodístico con personalidad propia en importantes medios de comunicación valencianos, algunos ya desaparecidos. Saó, Levante-EMV, Valencia Semanal, Raons, 7 Dies de la Comarca, El PAÍS, Noticias al Día, Diario de Valencia dirigido por J. J. Benlloch y Papers, son una pequeña muestra de la prensa donde ha colaborado.

Harca pretende despertar una risa que contribuya a la reflexión y a la acción. Como Voltaire, quiere combatir la irracionalidad con la risa. 'El humor gráfico es una forma de poner en evidencia aquello con lo que no estoy de acuerdo', afirma Harca. Su humor es negro pero él es un gran optimista. Asegura que dibuja 'con la ingenua pretensión de cambiar el mundo para que sea un poco mejor'. Tal vez no consiga un planeta más perfecto pero al menos lo hace reir.

Harca sabe sacar siempre punta al conflicto, porque 'la realidad sociopolítica incita al sarcasmo', afirma. Su humor es inconformista y comprometido con las causas humanitarias. Reivindica en sus viñetas los valores democráticos, los derechos humanos, la solidaridad, la cultura valenciana y a los sectores sociales más oprimidos. En cambio, rechaza el fanatismo, la guerra, el racismo y las injusticias. Su humor de denuncia tiene un denominador común: ridiculizar lo absurdo, es decir aquellas acciones o hechos que van contra la Razón y el sentido común. Una constante en su carrera, y que ha sabido reflejar especialmente en Saó, es la crítica al secesionismo lingüístico y la defensa de la recuperación y normalización del valenciano.

Pero a pesar de ser un hombre comprometido con su tierra, su humor es cosmopolita. Harca trasciende las fronteras. Además de tener dos libros publicados y de haber colaborado habitualmente en 30 periódicos, ha recibido 12 premios y 48 de sus dibujos han sido seleccionados en los más prestigiosos certámenes nacionales e internacionales de humor gráfico. Ha recibido menciones en Alemania, Turquía, Corea, Bélgica, Italia, Canadá, Egito y China, y está incluido en The Word Encyclopedia of Cartoons de Estados Unidos donde comparte páginas con personajes de Walt Disney y los Simpson. Posee además el título de Profesor Honorífico de Humor de la Universidad de Alcalá de Henares. Este centro universitario realiza anualmente una muestra de humor gráfico y ha creado el Premio Quevedos, el equivalente en el dibujo de humor al Cervantes de las letras.

Harca sabe sintonizar con sus gags sin palabras con el humor de culturas muy diversas. Ha despertado la risa en los cinco continentes. De hecho, es bastante conocido en Japón, donde ha publicado viñetas en el diario Yomuri Shimbun, uno de los de mayor tirada del país. Su prestigio ha sido reconocido por muchos colegas suyos, como Ortifus, Mingote o Gallego y Rey, quienes le han dedicado algunas líneas en la introducción de su último libro. Todos ellos coinciden en que humor y compromiso cívico caminan juntos en Harca, como una terapia innata que él considera necesaria para desdramatizar la realidad.

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Juli Sanchis, <i>Harca</i>, con algunos de sus dibujos en su casa.
Juli Sanchis, Harca, con algunos de sus dibujos en su casa.TANIA CASTRO

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