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La holandesa KPN anuncia la supresión a corto plazo de otros 1.300 empleos

La compañía de telecomunicaciones holandesa KPN anunció ayer una nueva supresión de 1.300 empleos, que se suman a los 4.800 empleos anunciados en el pasado mes de octubre y con los que pretende hacer frente a la crisis que sufre la compañía, que estuvo en negociaciones para fusionarse con Telefónica en mayo del año 2000, dos meses antes de dejar la presidencia de la empresa española Juan Villalonga.

La firma holandesa pretende contar en el año 2004 con una plantilla total de 32.000 trabajadores, tras recortar un total de 6.000 empleos. De los 4.800 trabajadores anunciados por la empresa en octubre, 2.000 dejarán la empresa de forma voluntaria tras cerrar un acuerdo la dirección de la compañía con los sindicatos. Se trata de empleados de más de 55 años, que al dejar la empresa recibirán el 80% de su salario.

Por otro lado, fuentes de la compañía de telecomunicaciones han señalado que el nuevo director ejecutivo de la firma, Ad Scheepbouwer, que desempeña su cargo en funciones hasta enero del año 2002, ha recibido un paquete de 1,6 millones de opciones de compra sobre acciones. Esta operación supone, sobre la base de un precio de 3,99 euros por acción, que Scheepbouwer podría obtener un beneficios de 2,4 millones de euros, dependiendo siempre de la cotización de las acciones.

No obstante, el directivo no podrá hacer uso del paquete de opciones recibido por la empresa a su llegada como director ejecutivo hasta dentro de tres años, en concreto hasta el 13 de septiembre del año 2004. La compañía de telecomunicaciones anunció ayer la emisión de nuevas acciones por valor de 5.000 millones de euros, de las que el Estado holandés adquiriría una parte por valor de 1.700 millones de euros y mantendría el 34% de su participación en KPN.

Un consorcio de ocho bancos, entre los que están, según el periódico Het Financeele Dagblad, ABN Amro, Rabobank y Deutsche Bank, respaldan económicamente la nueva emisión de acciones. Con esta esta medida la empresa quiere hacer frente a una deuda de 22.800 millones de euros, cifra que espera reducir a 14.000 millones de euros a finales del año 2002, según señaló ayer un portavoz de la empresa. La fuerte deuda es uno de los elementos que han penalizado su evolución en Bolsa.

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