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Empleados de Moulinex amenazan con volar una fábrica y queman un edificio

El comité de empresa secuestra varias horas al delegado del Gobierno

Un centenar de empleados de Moulinex quemaron ayer uno de los edificios de la fábrica de esta empresa en Cormelles-le-Royal (Normandía) y anunciaron que habían trufado de explosivos el resto de las instalaciones, dispuestos a volarlas si no obtienen una prima de 80.000 francos para cada uno de los afectados por la liquidación parcial de la firma. Además, el comité de empresa secuestró durante tres horas al delegado del Gobierno para esta reconversión, Michel Bove.

Los bomberos no pudieron pasar ayer al interior de la fábrica de Cormelles hasta que las llamas habían consumido el edificio, situado a distancia considerable de las naves donde se supone que los ocupantes han colocado los explosivos. La policía dijo que se había visto a tres encapuchados por los tejados, colocando bidones que, siempre según los trabajadores, contienen ácido sulfúrico, acetileno y gasolina. 'La pasta, o ¡boum!', reza un gran cartel colocado en el tejado de una de las naves.

Como señal de protesta se enmarca el secuestro del representante del Gobierno, Michel Bove, que tras tres horas fue 'puesto en libertad' para que gestionara sus reivindicaciones. En su lugar quedaron retenidos uno de los administradores judiciales y otro directivo de la empresa.

Moulinex, que suspendió pagos el 7 de septiembre, se encuentra en liquidación parcial de las instalaciones y empleos que no han sido aceptados por el grupo SEB, que ha obtenido la adjudicación de los activos industriales de Moulinex que le interesan a cambio de mantener a 1.700 de sus empleados en Francia, y en el contexto de una negociación con los bancos acreedores.

Los 3.700 trabajadores restantes se quedan sin empleo. El problema se concentra en la región de Baja Normandía, donde cierran cuatro fábricas de Moulinex. El secretario de Estado de Industria anunció un compromiso de 900 millones de francos (136,4 millones de euros) para la reconversión, pero los sindicalistas aseguran que los afectados no han recibido nada.

Michel Bove, el hombre designado por el Gobierno para gestionar la reconversión de las instalaciones industriales y de los empleados afectados, contaba con llevar a cabo la operación en un plazo de tres años. Había propuesto prejubilaciones para los empleados de 56 años y un dispositivo clásico de ayudas para conversión y movilidad para el resto, además de las indemnizaciones normales por paro, que en Francia son bajas.

Un obrero con 20 años en la casa tendría que irse al paro con una indemnización de 40.000 francos (poco más de un millón de pesetas), según el ejemplo alegado por los sindicalistas de la Confederación General del Trabajo (CGT), una central más comprensiva con las medidas de fuerza que otros sindicatos, para los cuales llenar una fábrica de explosivos es 'un acto irresponsable'.

Tres obreros de Moulinex encapuchados observan desde el techo de la planta de Cormelles-le-Royal (Normandía).
Tres obreros de Moulinex encapuchados observan desde el techo de la planta de Cormelles-le-Royal (Normandía).EPA

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