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EE UU bombardea por error posiciones de la Alianza del Norte junto al aeropuerto de Bagram

Ramón Lobo

Aviones norteamericanos bombardearon ayer, por segundo día, las proximidades de la base aérea de Bagram. De las tres bombas lanzadas desde gran altura sobre la primera línea de los talibanes, dos cayeron por equivocación sobre posiciones de la Alianza del Norte. No hubo víctimas, pero sí estupor.

La Alianza había pedido horas antes a EE UU una mayor intensidad de los ataques sobre el frente talibán. El general Babayán afirmó ayer en Bagram que los bombardeos de Estados Unidos suponían 'una ayuda, pero que no resolvían todos los problemas'.

Esa frase representa una declaración sincera de las limitaciones militares de esta fuerza de oposición al régimen talibán. Para que estos bombardeos de EE UU sobre la primera línea de defensa de Kabul sean efectivos, es decir, para que permitan a la Alianza lanzar su esperada ofensiva sobre la capital, deberían afectar a todos los frentes de la llanura de Shomalí y no sólo al de Bagram, además de tener una mayor intensidad de fuego.

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Tanto en el ataque del domingo como en el de ayer, participaron sólo dos cazabombarderos. En el ataque de ayer, las fuerzas antiaéreas talibanes respondieron a los bombardeos con numerosos disparos de su artillería antiaérea (inútiles desde la altura de vuelo de los aviones, por encima de los 5.000 metros). Pero este hecho demuestra que, al menos en ese frente, sus fuerzas están intactas. Tampoco se sabe si el verdadero plan de Washington es allanar el camino de la Alianza hacia Kabul y, por tanto, hacia el Gobierno.

El que fuera presidente de Afganistán durante los Gobiernos muyahidín entre los años 1992 y 1996, Burhanuddin Rabbaní, único reconocido hasta ahora por la comunidad internacional, confirmó, tras entrevistarse en la capital de Tayikistán con el presidente ruso, Vladímir Putin, que 'la Alianza tendrá un papel limitado en el futuro Gobierno de concentración'. La frase de Rabbaní coincide con una reciente declaración del ministro de Exteriores de la Alianza, Abdulá Abdulá, a EL PAÍS, en la que admitía esos mismos límites.

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La continuidad en próximos días de los bombardeos limitados confirmaría esa línea y descartaría, por ahora, un giro radical de la estrategia norteamericana. Otro asunto muy diferente es Mazar-i-Sharif. En ese caso, la ayuda militar norteamericana a las tropas del general Rashim Dostum no tiene tantos efectos políticos colaterales, pues su conquista no conlleva la formación de un Gobierno.

Tropas de la oposición afgana lanzaron ayer una ofensiva contra las posiciones talibanes en el norte, en presencia de fuerzas especiales norteamericanas, y después de bombardeos de la aviación de EE UU, según la agencia France Press. Según un portavoz del comandante Atta Mohamad, la ofensiva fue en la provincia de Samangan.

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