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CARTAS AL DIRECTOR
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Sobre las causas de la violencia

Al observar lo sucedido con las Torres Gemelas de Manhattan, una de las numerosas imágenes que me vino a mi conciencia fue la de Hiroshima: los restos góticos de estas torres, alzados sobre las ruinas, me recordaron el centro destruido de esta ciudad a causa de la primera bomba atómica de la historia lanzada sobre población civil. La hecatombe de EE UU no ha sido, pues, la primera causada por la mano del hombre contra personas inocentes.

Las imágenes de este hecho estaban ya presentes en el inconsciente colectivo de esta poderosa nación y, por tanto, poseían suficiente energía motivadora en el comportamiento individual y colectivo. Estas imágenes expresaban lo que podía pasar si no se tomaban medidas contundentes contra la amenaza, y esta posesión llenaba el consciente de la clase dirigente y justificaba su obsesión por considerarse los bastiones de la civilización occidental, los vigías del mundo, los guardianes del universo...

No ha sido por casualidad que durante muchos años los representantes de los creadores de sueños nos enviaban fantasías de la ficción sobrecargadas de catástrofes naturales, ataques de extraterrestres, bandas mafiosas, y en los tiempos de la guerra fría, las hordas rojas. Todos ellos tratando de destruir una civilización avanzada, en paz y democrática. En una simbiosis interesada con esta industria de la seudolucidez, los señores de la guerra aprovechan el mal para legitimizar el bien, cayendo en el más atroz de los maniqueísmos, cuyo vocero máximo ha sido el presidente de EE UU en sus declaraciones efectuadas en un estado de conciencia manifestada 'en estado puro'.

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No sólo no es útil este argumento, sino que se transforma en peligroso. ¿Cuántas muertes habrán de suceder para darnos cuenta de que tenemos que desprendernos del escenario que nuestros deseos han construido a lo largo de nuestra protohistoria?

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