EL FINAL DE UN REFRÁN PORTUGUÉS
Los portugueses tendrán que replantearse a partir de ahora uno de sus tradicionales refranes: 'De España, ni buenos vientos ni buenos casamientos'. Por segunda vez, uno de los hijos del ex embajador de España en Lisboa Raúl Morodo y Cristina Cañeque echa por tierra uno de los más populares proverbios del país vecino. Tras la boda de María Morodo con un joven portugués, Patrick Lindley, su hermano Alejo le ha seguido los pasos al contraer matrimonio el pasado sábado en la Quinta Patiño, de Estoril, con Catarina Dias-Loureiro, hija del que fuera ministro del Interior portugués y actual presidente de un banco de negocios. La boda entre el abogado de Dragados y la analista del departamento financiero de Radiotrónica también ha servido para estrechar aún más las relaciones entre los dos países. Morodo reunió en la lujosa finca de Estoril a los tres presidentes de la República elegidos desde la Revolución de los Claveles, el general Ramalho Eanes, Mario Soares y Jorge Sampaio, quienes, a su vez, se codearon con el primer Nobel en lengua portuguesa, José Saramago, y su esposa, la periodista española Pilar del Río; el ex primer ministro Aníbal Cavaco Silva; los actuales ministros socialistas Guilherme D'Oliveira Martins y Eduardo Ferro Rodrigues; el primer empresario del país, Belmiro de Azevedo; el magnate de la comunicación portuguesa y ex primer ministro Francisco Pinto Balsemao; el presidente del Parlamento, António Almeida Santos; el banquero Jorge Jardim Gonçalves, o el líder del primer partido de la oposición, José Manuel Durao Barroso, entre muchos otros. Por parte española se encontraban Enrique Múgica, José Bono, José Vidal-Beneyto, Rafael Jiménez de Parga o el magistrado Ventura Pérez Mariño. Sin duda, un gran poder de convocatoria. ¿Será Cristina Morodo la próxima?-
