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Salgueiro y Chaínho estrenan en Tavernes de la Valldigna una gira nacional de fados

'El fado no sólo hay que escucharlo y cantarlo, sino que tiene una parte mística muy compleja, que surge la experiencia y vivencias'. Así describía anoche el guitarrista luso António Chaínho, uno de los músicos más prestigiosos de Portugal, la música que para los portugueses representa 'el alma' del país, vinculado a su tradición oral y a su cultura popular. Y para Chaínho 'una de las voces lusas actuales más capacitadas para interpretar ese sentimiento intimista es, sin duda, la de Teresa Salgueiro', vocalista del grupo portugués Madredeus. Ambos ofrecieron ayer un concierto, el primero en España, en la iglesia de Santa María de Tavernes de la Valldigna, dentro del Festival Sete Sóis Sete Luas. Hoy estarán en el Palau de les Belles Arts de Altea.

La de ayer era la primera vez que Teresa Salgueiro ofrecía un concierto en nuestro país sin su grupo Madredeus, que se encuentra actualmente de gira por Europa para presentar su último trabajo, Movimento. La relación entre Salguiero y Chaínho se inició hace cinco años. La cantante prestó su voz al disco del guitarrista A guitarra e oultras Mulheres. Han colaborado juntos en actuaciones esporádicas. La vocalista de Madredeus agradeció la posibilidad de actuar junto a Chaínho, 'el representante de la cultura musical portuguesa que más me apasiona', y confesó que entre sus proyectos inmediatos figura introducirse en el estudio del fado tradicional y grabar algunas piezas. Una experiencia, aseguró, a la que debe enfrentarse 'con tranquilidad' y desde 'la vivencia interior' del complejo mundo de esta música. 'Aunque no conozco el mundo del fado, lo siento como una música muy particular, que sólo existe en nuestro país. Es como una necesidad de seducir, de preguntar, un grito interior que hay que sacar, que pertenece al pueblo y no termina jamás. Una forma de expresar la soledad, el dolor y la alegría', confesó.

Escuela

Chaínho, por su parte, expresó su preocupación por la concepción actual de esta música tradicional lusa que, a su juicio, se encuentra 'desvirtuada' y 'sin identidad, viciada por su concepción actual comercial y turística'. El guitarrista fue el impulsor de la Escuela Nacional de Guitarra y Fados de Lisboa, que inició su actividad este año. El artista espera que los jóvenes intérpretes instruidos en estas aulas recuperen el alma originaria de la música tradicional lusa, de tradición oral que él heredó de su padre.

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