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Reportaje:

Nueva York, proyecto de arte

Cuatro artistas vascos consiguen la mitad de las becas de la Fundación Marcelino Botín

Nueva York es el punto de mira de los artistas vascos, un lugar donde reposar sus ansias creativas y al tiempo abonarlas y expandirlas, una ciudad donde crecer en el arte y donde volver a reinventarse como creador. Al menos eso se desprende de la elección que han hecho tres artistas vascos tras lograr una de las cuatro becas de formación para realizar proyectos en el extranjero que concede la Fundación Marcelino Botín.

Estas becas están dotadas con tres millones de pesetas si el viaje es a Estados Unidos y con 2,5 millones si el proyecto se lleva acabo en un país europeo. Además, la Fundación Marcelino Botín concede otras cuatro ayudas para investigación o para un proyecto personal en el propio lugar de residencia, dotadas con 1,5 millones. Otro artista procedente de Euskadi ha conseguido también un premio en este apartado. En total, cuatro artistas vascos becados por la fundación entre ocho ayudas totales. El jurado tuvo que hacer la selección entre 347 expedientes, lo que da idea de la dificultad de la decisión y de la importancia de estas becas.

Iñaki Gracenea Zapirain (Hondarribia, 1972), Alberto Peral García (Santurtzi, 1966) y Txuspo Poyo Mendía (Alsasua, 1963) viajarán a Nueva York -Txuspo ya se encuentra allí realizando estudios de fotografía- en próximas fechas para desarrollar un trabajo que, básicamente, consiste en una reflexión y en la experimentación, más que en una obra concreta.

Iñigo Royo Echezarreta (San Sebastián, 1962) se queda en su tierra para dar forma a su proyecto sobre fotografía, que aúna también vídeo e instalación. 'Se trata de responder a la pregunta ¿qué sentido tiene continuar haciendo imágenes?, o dicho de forma más suave, ¿qué imágenes se pueden hacer en un mundo plagado de ellas?', indica Royo. Su propuesta consta en total de seis proyectos que pueden ser vistos por separado, pero que tienen la unidad de la búsqueda de respuesta. 'Tres de ellos tienen una resolución fotográfica, dos en vídeo y uno es una instalación', comenta Royo. 'Al final de 2002, la Fundación Botín hará una exposición con los proyectos de los becados y espero estar ahí', dice.

'Para los artistas, ésta es la mejor beca que hay en estos momentos', asegura Alberto Peral, un vizcaíno que vive en Barcelona desde hace seis años. Él se ha decidido por estar a caballo entre Europa y América. 'Me presenté con la propuesta de tres meses en un centro especializado en cerámica en Holanda, más seis meses después en Ámerica', explica Peral, que considera 'un privilegio' tener esta ayuda que, además de la dotación económica incluye el coste del curso en el centro que deseen estudiar.

Alberto Peral procede de la formación escultórica tradicional. Sus obras se caracterizan por la incorporación del color a los elementos. 'Eso me lo va a posibilitar la cerámica, con la que voy a trabajar cerca de Utrech, en un lugar con muchos medios y grandes hornos donde cabe cualquier creación que salga de tu mente. Pero no quiero dar la imagen de ceramista, ya que se trata de una cosa puntual. Serán tres meses intensos de trabajo físico, de taller, y luego seis meses en Nueva York en una etapa de regeneración', añade Peral.

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En esa etapa neoyorquina no hay un proyecto de una obra concreta. Lo mismo le ocurre a su colega Iñaki Gracenea, cuya idea es estar nueve meses en la ciudad americana trabajando en un proyecto que conjuga pintura, fotografía e informática. Ambos se inscribiran en el International Studio Program, un centro especializado en proporcionar espacio de trabajo a gente que acude a la ciudad. 'Tener un estudio en Nueva York es un lujo. El centro te recoge y te facilita el contacto con gente del mundo artístico', explica Alberto Peral.

Conocer a otros artistas es también una de las motivaciones de Gracenea: ' Allí hay muchos artistas, entre ellos una pequeña colonia de creadores de aquí que conozco con los que me pondré en contacto ', anuncia. Sus fechas de viaje están aún en el aire porque en estos momentos prepara una exposición que le llevará a Argentina en otoño. 'Aún no sé las fechas, pero después me iré a Nueva York. Necesito salir. Yo intento hacer las cosas por ciclos. Llevo ya un tiempo aquí', comenta. El proyecto de Gracenea será 'más bien de investigación', descubriendo 'las posibilidades de la fotografía y el ordenador'.

La aventura de Nueva York le caerá a este artista guipuzcoano como un soplo de aire fresco. 'Allí no tengo ataduras de mercado, no tengo que exponer. Voy sin planes concretos, esos los tengo aquí', dice. 'Nueva York es una ciudad que sigue siendo diferente. Supone tener un espacio para regenerarte y avanzar', concreta Peral. Y eso lo conseguirán gracias a esta beca que, como ellos mismos dicen, 'te libera de la tensión de tener que conseguir el dinero del día a día'.

Iñaki Gracenea, pintor becado por la Fundación Botín.
Iñaki Gracenea, pintor becado por la Fundación Botín.JESÚS URIARTE

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