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LA OFENSIVA TERRORISTA

El atentado confirma que los terroristas tienen una sólida infraestructura en la capital

Los terroristas prepararon la acción con información 'muy minuciosa' sobre el general

Jorge A. Rodríguez

El atentado fue preparado 'muy minuciosamente' y con información 'muy selectiva', según indicaron fuentes del Ministerio del Interior, que destacan que el general de brigada Justo Oreja nunca iba vestido de militar a trabajar y que era conocido en el vecindario sólo como abogado. Además, el general jamás tomaba su coche oficial en la calle, sino que, tras comprar la prensa cada mañana, acudía a un garaje situado en el número 136 de la calle de López de Hoyos, donde el conductor del Ministerio de Defensa le esperaba con el motor encendido.

El vehículo que los etarras usaron para la huida, un Peugeot 405, había sido sustraído en el mes de marzo en el Camino de Vinateros del barrio de Moratalaz, el mismo en el que los terroristas robaron el 10 de mayo pasado al automóvil con el que volaron la fachada del Banco Bilbao Vizcaya Argentaria de la calle de Goya de Madrid, el 12 de mayo.

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El coche ha debido estar escondido desde entonces en algún almacén o cochera supuestamente alquilada por los terroristas, según las citadas fuentes. Allí pudieron entretenerse hasta localizar una matrícula propicia para duplicar, ya que el turismo tenía placas idénticas a las de un coche de un vecino de la localidad de Leganés, a tiro de piedra de Madrid.

Los responsables antiterroristas se inclinaban por la hipótesis de que el atentado ha sido perpetrado por un grupo de activistas legales (no fichados), desplazados a Madrid con información fresca que únicamente debían confirmar. Se decantan por esta teoría a la vista de que la ETA renovada tras la tregua ha preferido este sistema por considerarlo 'más seguro' para los suyos.

El grupo posiblemente ha utilizado una infraestructura en Madrid que permanece intacta desde hace años. Los investigadores están convencidos de que ETA dispone de una red de escondites aún sin descubrir para preparar bombas con dinamita enviada desde Francia y para ocultarse. Sin embargo, tampoco descartan que la banda haya instalado un comando estable en la capital de España, que entra y sale de la capital, como hacía el último comando Andalucía.

Interior tuvo la confirmación de que ETA disponía de una sólida estructura la medianoche del 12 de mayo pasado, víspera de las elecciones al Parlamento vasco, cuando la banda hizo estallar un coche bomba cargado con más de 20 kilos de explosivos en pleno centro de Madrid, en una zona caliente y especialmente controlada por la proximidad de los Ministerios del Interior y Administraciones Públicas, el Tribunal Supremo o la Audiencia Nacional. Sin embargo, las fuentes consultadas dudan de que los autores de uno y otro atentado sean los mismos, a pesar de que los dos coches han sido robados en el mismo barrio, con una diferencia de un mes.

El comando que actuó ayer en Madrid sería uno de los 'siete u ocho' que supuestamente conserva la banda, según los datos obtenidos de la agenda intervenida al dirigente etarra Francisco Javier García Gaztelu, Txapote, según fuentes antiterroristas. En dicha agenda figuraban una decena de nombres, entre los que se incluían los de Soxua, Ttotto y Gaua, los tres desarticulados entre los meses de febrero y junio de este año. Estos datos han hecho pensar a los mandos contraterroristas que continúan activos siete u ocho comandos similares, que habían sido creados bajo la égida de Txapote.

No obstante, en los últimos meses se han desarticulado otros dos comandos, el Sugoi y el Zapaburu, que no figuraban en la lista del ex jefe de ETA, por lo que, según las fuentes consultadas, 'podría haber más comandos', la mayoría de ellos formados por etarras de la última generación, de los que han hecho carrera en Jarrai y Haika. Con ellos la banda, ahora bajo el supuesto mando militar de Juan Antonio Olarra Guridi y Ainhoa Mujika Goñi, ha asesinado a 31 personas en 50 atentados desde el final de la tregua, en diciembre de 1999.

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Sobre la firma

Jorge A. Rodríguez
Redactor jefe digital en España y profesor de la Escuela de Periodismo UAM-EL PAÍS. Debutó en el Diario Sur de Málaga, siguió en RNE, pasó a la agencia OTR Press (Grupo Z) y llegó a EL PAÍS. Ha cubierto íntegros casos como el 11-M, el final de ETA, Arny, el naufragio del 'Prestige', los disturbios del Ejido... y muchos crímenes (jorgear@elpais.es)

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