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Berlanga, Verdú y Arroyo destacan el papel del coche en el cine

Miguel Ángel Villena

La impresionante comitiva de vehículos americanos que pasa rauda y veloz en Bienvenido, míster Marshall y deja con un palmo de narices a los lugareños, se reducía a dos coches. 'No hubo forma de disponer de más coches y hubo que rodar varias veces para que diera la sensación de que la comitiva era muy larga. Tuvimos que recurrir al truco de esas representaciones de ópera en las que los escasos figurantes han de dar vueltas y vueltas, por detrás del escenario, para que parezca una multitud'. Esta anécdota del rodaje de una de las mejores películas españolas sirvió a Luis García Berlanga para ilustrar el protagonismo que los automóviles han tenido en muchos filmes.

Las manifestaciones del director valenciano fueron realizadas el martes en una mesa redonda del ciclo de cine sobre el automóvil que organiza esta semana la Fundación Barreiros en Madrid. Precisamente el martes el veterano cineasta cumplió 80 años y recibió un homenaje por sorpresa de los organizadores y de los asistentes al debate. Compartiendo mesa con el escritor Vicente Verdú y con el pintor Eduardo Arroyo, García Berlanga mostró su admiración por Dos en la carretera, la genial película que Stanley Donen dirigió en 1967 con Audrey Hepburn y Albert Finney como protagonistas, que abrió el ciclo. 'A mi juicio', dijo Berlanga, 'es el mejor filme sobre cine y automóvil jamás rodado. Me parece un prodigio de guión y de montaje, a la vez que una magistral crónica de la demolición de un matrimonio'.

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Vehículos y países

Berlanga ironizó sobre las relaciones entre las cinematografías nacionales y los vehículos. 'El cine francés comenzó con la llegada de un tren a una estación, el ruso con un acorazado como Potemkin y el de Estados Unidos con los filmes de Mack Sennett sobre automóviles. Ahora bien, la primera película española es una salida de misa en Zaragoza, donde todos van andando'.

Verdú rebatió la opinión de algunos estudiosos en el sentido de que el automóvil ha marcado poco la literatura contemporánea mientras ha impregnado mucho el cine. 'Esa apreciación puede tener sentido en la literatura europea', señaló el escritor y periodista, 'pero no en la estadounidense, donde el coche está presente en muchas novelas, desde Carlsberg a las novelas policiacas. La cultura de EE UU ha convertido el coche en un símbolo que indicaba los momentos del país'.

Tras declarar que no sabía conducir, Arroyo recordó sus años en Italia y la importancia del automóvil tanto en la sociedad como en el cine italianos de los años cincuenta y sesenta. 'El utilitario entró de lleno en la vida de los italianos y el cine lo recogió. Ahí están películas memorables como I vitelloni, de Federico Fellini, o El sorpasso, de Dino Risi'.

Una conferencia del escritor Guillermo Cabrera Infante cierra hoy los debates. Las proyecciones concluyen mañana.

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